A partir del lunes 11 de mayo, junto con Daule, Palora es de los primeros municipios del país en que retomó sus actividades comerciales a través del cambio de color de semáforo de rojo a amarillo.
Según el alcalde Luis Heras, esta medida era necesaria para salvaguardar el desarrollo económico del sector que se dedica prioritariamente al cultivo de la pitahaya y de hecho, en pocos días, ha habido un movimiento económico de 600 mil dólares gracias al mérito de los productores que no han descuidado las medidas de bio seguridad.
Precisó que el cantón inició con dos casos de COVID-19, luego subieron a 9 y hasta 11 casos y así se mantuvieron por varias semanas, hasta que finalmente llegaron a los 12 casos, por lo que se puede decir que la curva de contagios se aplanó en el noveno caso. Apuntó que esto obedece a los estrictos controles realizados en los accesos a la ciudad y durante la cuarentena han aprendido mucho lo que les sirvió para poder declarar el cambio de semáforo de rojo a amarillo.
Quieren la reactivación económica ya que el 80% de los habitantes de Palora vive de la Pitahaya en un 80%. Tuvieron que acondicionarse para proteger los cultivos, los controles para la salida del producto han sido rigurosos y en estos últimos días, se calcula un movimiento económico de 600 mil dólares que corresponden al trabajo y el esfuerzo de los productores.
la luz amarilla ha permitido salvaguardar la economía porque al permitir la apertura de los locales comerciales hasta las 4 de la tarde, se evita la acumulación de personas que acuden a abastecerse.
Considera que Pastaza y todos los cantones deben ir liberando de a poco las restricciones, sin dejar de lado las medidas de bioseguridad, esto en función de proteger la vida y el desarrollo económico de los pueblos.