Inicio Entretenimiento Para qué queréis una reina, si todas sois reinas

Para qué queréis una reina, si todas sois reinas

por Andres Ortega

Al compadre Ulbio se le pasaron las copas y el tiempo; y, como se le hizo tarde, planeó una estrategia para evitar la paliza de parte de su mujer. Así que a la madrugada llega a casa y empieza a gritar:

– ¡Reinita! ¡Ábreme la puerta! Ábreme que le traigo flores a la mujer más linda.

Entonces, su mujer baja corriendo, abre la puerta y pregunta emocionada:

– ¡¿Dónde están las flores?!

A lo que Ulbio contesta:

– A ver, y ¿dónde está la mujer más linda?

Como verán, al pobre compadre Ulbio le salió el tiro por la culata, por culpa de los tragos. Así que tuvo que pasar la noche sentado en la acera y con un chichón en la cabeza y un ojo morado. Hasta que casualmente pasó por ahí su compadre Indiscreto.

– ¡Pero compadre Ulbio! ¡¿Qué le pasó?! No, no me lo diga, la historia de siempre, su mujer.

– Así es, compadre Indiscreto; yo solo quise halagar a mi reina…

– ¡Ah! Y le pescó su mujer.

– No, compadre; para mí la única reina que existe es mi querida mujercita.

– ¡Pero compadre! ¡Ya déjese de tarugadas! ¿No ve que con nuestro nuevo prefecto esta provincia está viviendo nuevos tiempos?

– ¡¿Y?! ¿Eso que tiene que ver conmigo?

– Mucho, ¿no ve que eso de las reinas ya quedó en el pasado? Es obsoleto y anticuado como usted…

– ¿Cómo yo?

– Como usted verá, digo. Así lo ha manifestado el señor Prefecto en los últimos días, justo cuando ya se avecinan las fiestas de provincialización.

– Bueno, y ¿para qué una reina si ya la provincia tiene un rey? ¿Para qué un cetro si ya él tiene el bastón de mando que le fue entregado por las nacionalidades? ¿Para qué una corona si ya tenemos la Pílsener?

– A lo que se refiere el Prefecto es que la mujer no debe ser valorada solo por su belleza física; que, de por sí, solo por el hecho de ser mujeres son la belleza pura; cuánto más por su capacidad, por su liderazgo, por su poder de emprendimiento, por sus valores.

– ¡Chuta! Todas las mujeres de la provincia deben estar bravísimas con el prefecto.

– ¡Al contrario, compadre! Varios colectivos de mujeres, en esta semana, han visitado el despacho del Prefecto, para brindarle el respaldo a su propuesta.

– ¡Qué contradictorio! ¡Una mujer en contra de otra mujer! Luego acusan a los hombres de ser machistas.

– ¡Nada de eso, compadre! No ve que una mujer debe ser distinguida por su lucha diaria, por sus logros reales en medio de las dificultades sociales. De tal manera que las mujeres no están enojadas porque se ensalce a una de ellas por circunstancias tan banales como la forma de su cuerpo.

– Ah, ya como que empiezo a comprender, compadre.

– ¿No ve? Por eso le ha de haber pegado su ñora; aparte de por zonzo, por verle como algo tan banal como una figura medieval. Porque las reinas son figuras medievales y feudales.

Deja un comentario

* Al utilizar este formulario, usted acepta el almacenamiento y el manejo de sus datos por parte de este sitio web.