Por: Edwin Mosquera G.
La constricción visceral no fue suficiente para poder entender el por qué los mal llamados activistas ahora pretender atentar contra las obras de arte para llamar la atención, o en un acto de ignorancia pretender destruir una imagen artística por la disconformidad de las políticas mundial indistintamente la circunscripción de cada uno de los líderes mundiales.
En menos de un mes dos activistas del grupo alemán «Letze Generation» lanzaron este domingo puré de patata a «Los pajares» de Claude Monet, un acto de vandalismo similar en la Galería Nacional de Londres, contra el cuadro «Girasoles» de Vincent Van Gogh, con sopa de tomate contra la pintura. Después, ambas mujeres pegaron sus manos a la pared del museo como símbolo de protesta.
El 9 de octubre, dos personas pegaban su mano también en el cuadro Masacre en Corea de Pablo Picasso, en un museo de Melbourne, en Australia, también como protesta por la crisis climática. La Policía arrestó a ambos activistas después de despegar las manos de la pintura.
Y la más grotesca y por más decir absurda actuación, lanzar pasteles en el rostro a una imagen de cera del ahora rey Carlos III, en protesta por el cambio climático, frente a esto, que tienen que decir los líderes que patrocinan y maquinan estas causas. A lo largo de los descubrimientos de la civilización del ser humano, se han aprendido la historia y el desarrollo del ser humano, así como las habilidades intrínsecas de ciertos autores en la contemplación de las obras de arte, que han servido como estudio e inspiración para diferentes teorías y que se han visto atacadas por ciertos activistas que buscan llamar la atención mediáticamente como protestas sociales.
La protesta del 1 de mayo de 1886, la sal de la independencia india, la llamado Stonewall, la revolución de EDSA, el paso entre las dos Alemanias, y la acción Masiva para la Paz, fueron protestas que generaron a nivel mundial derechos a los sujetos oprimidos y que marcaron un precedente dentro de la historia mundial, ahora bien, cual es el fin de menos cavar una obra de arte polemizar un protagonismo momentáneo y pretender cambiar el mundo con un acto irrisorio.
Los tiempos han cambiado y se prostituyo la protesta con la novelería a conveniencia, mi rechazo y repudio a estos pseudo activistas que si se quieren hacer escuchar lo hagan como se debe no con camisitas blancas manchadas de tinta roja y pegando sus manos en las paredes, que lo único que buscan en protagonizar un acto bochornoso.