Una de las actividades que desde unas dos décadas atrás viene convirtiéndose en estrategia política de los gobiernos municipales de turno, es la creación de lotizaciones bajo la figura de ayuda social a personas vulnerables y de escasos recursos económicos, lo cual por lo general no se cumple porque a la hora de la hora no están los que son y tampoco son los que están.
Para muchos el pretexto es la ayuda social, pero en la realidad manifiestan, es una forma de conseguir votos ante una eventual elección, dada la época en la que se realiza; otro de los aspectos que causan indignación manifiestan es la viveza criolla con la que actúan debido a la falta de una aplicación rígida de un reglamento justo que beneficie exclusivamente a quienes lo necesiten.
Las anomalías que se dan son muchas dicen varios de los que no han resultado favorecidos y ponen como ejemplos casos como estos, el hecho de que una hija de familia pudiente sea beneficiada de un lote bajo el justificativo de ser madre o padre soltero, un finquero del sector rural y a veces hasta dueño de vehículo por el motivo de tener a su hijo estudiando en el área urbana, cosas más absurdas como esas dicen quienes se sienten relegados.