Mario Paredes, gerente de la compañía de transporte Codero Guerra, advierte que están al borde de la quiebra.
Rutas con tres y cinco pasajeros. Con el 30% en el mejor de los casos, no permite que el negocio tenga rentabilidad, por lo que no se sabe que va a pasar. Hay incertidumbre “ya no se sabe ni que decir, ni a quién acudir” expresa con preocupación Mario Paredes, gerente de la compañía Cordero Guerra.
Reconoce queel problema no es solamente en Pastaza sino del país entero y no solo del transporte intra-cantonal, sino de todo el sector de la transportación, la situación es muy difícil, ya que, no se solventa ni siquiera los gastos operativos, argumentó.
El problema se agrava en virtud de que mantienen fuertes deudas, al haber adquirido unidades nuevas, pagadas apenas el 30% de los préstamos, en el mejor de los casos.
A su criterio, a muchas empresas no les va a matar el virus sino la banca, ya que esta no perdona, mientras que la mayoría de integrantes de la compañía, no tienen otros negocios, ni fuentes de ingresos, los que tienen bienes quieren vender, pero no hay quien compre, la situación es más compleja que nunca antes. A tal punto que ha llegado a la conclusión, de que, si la entidad bancaria a la que debe, le quiere quitar el autobús para condonarle la deuda, estaría dispuesto, porque quedaría libre, aunque esto significaría perder lo que ya tiene abonado.
Por otro lado, hizo referencia al crecimiento desmesurado del transporte informal, autos particulares que están prestando el servicio entre ciudades y provincias, cobrando valores onerosos mientras que el transporte interprovincial organizado, está paralizado y prácticamente quebrado. Es igual que estar infectado de coronavirus, sobrevivirán lo que puedan, otros quedarán en el desahucio económico, concluyó (GT).