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¡Qué beba Puyo!… aunque ya no viva

por Andres Ortega

– ¿A dónde va, compadre Ulbio, con esa cara de acontecido? ¿Qué le pasa pues?

– Pues, es la única cara que tengo, compadre Indiscreto… ¡¿Cómo quiere que cambie de cara?!

– ¡Ya, ya! ¡Cambie ese semblante! ¿No ve que estamos de fiesta? Hay que estar caritas alegres para festejar la ciudad y decir: ¡Qué viva Puyo!

– ¡Qué alegres ni qué caritas, compadre! ¡No sea zonzo! ¿No ve que ya llevamos cinco días sin agua y siguen los apagones? ¿Cómo quiere que ponga cara de felicidad? Sin luz y sin agua, nos llegó la fregada.

– ¡Pero, compadre! ¿No ha escuchado ese dicho que dice: “al mal tiempo buena cara”? Vea las cosas por el lado amable, no todo es malo.

– ¡¿Qué no todo es malo, dice?! ¡A ver! ¡Dígame algo bueno!

– Por ejemplo, compadre, ya que ahorita estamos sin luz, puede ponerse a leer un buen libro, a propósito que se celebra el Día Mundial del Libro; puede ponerse a tocar la guitarra… bueno, aunque no es el día de la guitarra, pero enamorado si ha de estar; aunque sea de la misma je, je.

– ¿Y sin agua?

– ¿Sin agua? Pues, no se baña nomás. Y, si no tiene agua para hacer la comida, la saca a comer a la comadre a un restaurante, ¿cuál es el problema?

– No, no, compadre. ¡A mí ya me tiene encabrestado esta situación! Que si llueve no hay agua porque dizque se enturbia y no pasa a los tanques de reserva y, si hace sol, tampoco hay agua porque dizque las captaciones se secan. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Cuándo nos dan agua?

– ¡Que vaina, compadre!

– ¡¿Cómo no voy a estar indignado?! Y usted me sale con que hay que gritar: “¡Qué beba Puyo!” ¡¿Qué voy a beber si no dan no gota de agua?!

– Yo no he dicho: “que beba” con la b de usted, digo, de burro; yo dije “que viva”, con la v de vida. Porque la vida es bonita y hay que disfrutarla y no pasar solo fruncido como pasa usted. Aunque en su dialecto, claro está, viva significa beba y beba significa chupar y usted chupa así no haya fiesta, jeje.

– Ahora, con estos de los apagones, ¡otra pendejada! Nos quitan la luz a unas horas, nos quitan a otras horas, no se atina. Por suerte, mi mujer es medio curuchupa; se ha ido a la iglesia y se ha venido trayendo las velas del santo, se va la luz y me tiene de rodillas rezando para que llueva y así por lo menos tener agua del cielo.

– Bueno, compadre; eso de que su mujer le tiene de rodillas no me sorprende. Todo un siempre lo somete, haya o no haya luz. Lo que sí es novedad es que lo tenga rezando; no rezará mucho nomás, vaya a llover demasiado.

– ¡Ele! ¡Mejor que llueva!

– ¿No ve el otro día como han crecido los ríos? Que por más adentro se estaban ahogando con el agua hasta el cuello. ¿Y el gobernador? Vuelta en apuros, cómo llevar la ayuda a los damnificados.

– ¿No ve, compadre? ¿Cómo no voy a estar indignado? Si para embarrarla más, el gerente de la Emapast se ha puesto a reparar, dizque, la planta de agua y dice que no acabará sino hasta mediados de mayo. Lo que significa que seguiremos sufriendo por agua de largo.

– Ni cómo que beba Puyo…

– Y luego, que de paso también está reparando el tanque de reserva, que es el que almacena agua en las noches para que en el día no nos falte el agua. ¡Con razón ni gota cae! Y la gente suplicando al alcalde Rambo: “por favor danos agua, Rambo, Rambito haznos un milagrito, danos agua, aunque sea un poquito”.

– Y hablando de milagritos, compadre, ojalá que al Rambito no se le arruinen las fiestas. Sin luz ¿cómo van a cumplir con los programas? ¿A puro vela? ¿O tendrá que comprarse una planta de generación? – Y si nos falta el agua, ¿cómo van a atender los restaurantes y los hoteles y luego los baños públicos? ¡Ufff! ¡No quiero ni pensar! Ahí sí sería de decir: Rambo, Rambito danos agua, aunque sea un poquito.

– Oiga compadre, ¿alguna vez usted ha bailado a oscuras?

– ¡No, pues compadre! ¡Cómo me va a preguntar eso! Si no he sacado a bailar ni a una monja, ¡¿cómo voy a sacar a los curas?! Hable serio, compadre.

– No dije “a los curas” sino “a oscuras”. Me refiero a bailar sin luz. Mejor iráse preparando, porque con esto de los apagones nos va a tocar bailar así a oscuras y sin agua, igual, nos va a tocar gritar: ¡que beba Puyo!

– ¿Otra vez con b de burro? Diga “que viva”, con la v de vivir la fiesta. Que con agua o sin agua, con luz y sin luz, mi Puyo es lindo y hay que festejarlo.

– Bueno, que viva o que beba, con la letra que sea lo mismo da. Al fin, hay que chupar y un Puro Puyo no ha de faltar. ¡Qué viva y que beba Puyo! ¡Carajo!

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