– ¡¿Qué pasó, compadre Ulbio?!… ¿No le parece que esa ropa está demasiado chica para usted?… ¡¿Por qué se puso pues su viejo uniforme de primaria?! ¡Se ve ridículo con eso!
– ¿Qué no ve, compadrito Indiscreto, que acaba de iniciar el año lectivo?… Nuestro director distrital, cual propio Bonafont, ha dicho: “¡Jueguen muchachos!”… o más bien, “¡Estudien muchachos!”
– Pero a los niños y jóvenes, compadre… Usted ya no está para esos trotes…
– ¡Cómo que no, compadre! Con esto del programa “Yo aprendo desde casa”, en realidad somos los padres a quienes terminamos haciendo las tareas y trabajos escolares de nuestros hijos.
– Bueno, en eso tiene toda la boca llena de razón, compadre; el programa debería llamarse: “Mis papis aprenden desde casa”.
– Sí, compadre; ojalá no nos manden muchos deberes; porque esto de estar todo el día en la mecánica y por la noche ir a hacer las tareas de nuestros hijos, es una cosa mortal. Si no nos mata el covid nos va a matar el agotamiento.
– Por lo menos se hace realidad la premisa de que los niños tienen únicamente dos fuentes de aprendizaje: la escuela y el hogar. Ahora con esto de la pandemia y el uso de la tecnología, escuela y hogar serán uno solo, y los padres serán los jodidos.
– Así es, compadre. Deberían darnos la nota a los padres… ¡Chuta! Y con lo mal estudiante que era yo, ahora recién me estoy actualizando…
– Bueno, por lo menos su mujer le ayudará en algo…
– Uuuuu; no, compadre. Si el otro día me la encuentro con los ojos cerrados frente a la computadora; le pregunto qué está haciendo y me dice: “Es que Windows me dijo que cerrara las pestañas”.
– Y hablando de padres; los padres de la patria en cambio totalmente perdidos el año, con una Asamblea con el 2% de credibilidad. Es decir, nadie aprobó el año, con más de 70 asambleístas con procesos fiscales… ¡Qué ha de ser!
– ¿De qué hogares o escuelas habrán salido estos?… ¡Todos reprobados y con carnet de discapacidad!… ¡Y hasta con hospitales!… Y mi padre decía que es malo ser ocioso… ¡El pobre murió engañado!
– Todos estos políticos están más rudos que usted en la escuela. Mire, sin ir más lejos, nuestra Gober no pasó el examen y sacó cero en todas las preguntas…
– ¿Y qué nomás le preguntaron?
– Que cuál va a ser su plan de trabajo; a lo que responde que ella no es política…
– ¡Y entonces para que se mete!… Se merecía ese cero. ¿Qué más le preguntaron?
– Que hasta cuándo va a permanecer en funciones; a lo que dice que no tiene conocimiento de cómo está el calendario electoral. Le preguntan si va a renunciar, a lo que responde que aún no le han dicho nada…
– Oiga, esta también creo que cierra las pestañas
– Ojalá cerrara la boca para no ir tantas pendejadas. Lo más terrible es que dice que va a seguir con su programa de entregar “ayudas” a las comunidades…
– ¡Pero… Eso es aprovecharse de los recursos públicos para hacer campaña!
– Pues ella dice que no es así; porque está cumpliendo con una agenda programada de antemano… ¡O sea!
– ¿Y qué más le preguntaron?
– Uuuuu… El resto de preguntas mejor las dejó en blanco, puesto que por dos ocasiones cancela la entrevista en radio MIA, dejando plantados a los entrevistadores, quienes le dedicaron media hora al aire para reprochar su irresponsabilidad y falta de compromiso.
– Si no va a cumplir para que se mete.
– Finalmente, como elaboración de proyecto, se ha dedicado a demandar a los líderes de las diferentes organizaciones que participaron en el Paro Nacional; dizque por atentar al bien ajeno, por una piedrita que no sé como cayó en su ventana…
– ¡¿Así se lanza para asambleísta?!… ¡Y con qué cara va a pedir el voto!… ¡Póngale un cero grandote para que no sea bestia!
– Otro que también perdió el año es el acalde OZ, porque le han sorprendido pasando por debajo de la mesa ciertos contratitos a su propio hermano. Y el profesor, digo el asambleísta, ni corto ni perezoso le ha puesto una demanda ante la Fiscalía.
– ¡Otra vez las chichonadas haciendo de las suyas!… ¿Y qué es lo que dice al respecto?
– Que nomás ha sido un error de tipificación, o sea que se equivocaron de tipo, que disculpen nomás; que la encargada de hacer el pedido se ha equivocado de nombre, que en vez de Chocho ha puesto Chicho… Y así un montón de babosadas.
– Y así nuestra pobre patria, dirigida por esta torpe fauna de “salvadores” se derrumba hacia el abismo.
– Más bien hacia el retrete, compadrito.