– ¡Qué barbaridad, compadre Indiscreto! La cantidad de noveleros que que fueron hacer largas colas en las gasolineras creyendo que van a subir los combustibles…
– Y el Morenito ni chus ni mus sobre el tema, compadre Ulbio. Esos mismos noveleros han de ser los que alarmados por el coronavirus se acabaron las mascarillas y el gel en toda la provincia.
– Y no midieron que después otros grupos de atención prioritaria a quienes se les debía dotar de esos insumos se quedaron sin los mismos, compadre.
– Y ahora las mascarillas están escasillas, y si alguien las tiene las vende más carillas.
– Eso también es un abuso, compadre. Aprovecharse de la situación para encarecer los insumos… ¡La verdad que hay gente sin escrúpulos!
– Así es compadre, justo ahora que necesitamos ser más solidarios para enfrentar esta terrible patología.
– ¡Ya va a empezar, compadre! Estamos hablando de la enfermedad y usted sale con eso de “patología”.
– Por eso compadre… ¡¿Acaso usted no sabe que es una patología?!
– ¡Claro que sí, compadre!… “Patología” es la ciencia que estudia a los patos.
– ¡Pero… Qué bestia es usted compadre! Ya dirale a su mujer que cuando le pegue no le dé fuerte en la cabeza, porque cada día está más zonzo… ¡La ciencia que estudia los patos!
– ¡¿Y entonces?!… ¿Que es eso de la “patología?
– Una patología es una enfermedad, o sea es un sinónimo…
– ¡Ele! ¡Que´s ps! Primero dice que es una enfermedad y luego dice que es un simónimo…
– Simónimo, simónimo… ¡Un “sinónimo”, compadre!… ¡¿Acaso no sabe qué es un sinónimo?!
– Mmmm… ¿No es como se les dice de cariño a los Simones?…
– ¡SI-NO-NI-MO! No “simónimo”.
– ¡Ahhhh!… ¿Algún remedio para la sinositis, tal vez?
– ¡Pero, compadre! A pesar de lo menso que es le tengo mucho aprecio; pero no exagere, pues… Un sinónimo es una palabra que se utiliza en lugar de otra pero que significa lo mismo… ¡¿Entendió?!
– Más o menos, compadre; pero no se enoje. Es que yo no soy muy bueno para la aritmética.
– ¡¿Aritmética?!… ¡GRAMÁTICA, compadre, GRAMÁTICA!
– ¿Y “aritmética” no es simónimo de “gramática”?
– ¡Vaya, compadre! ¡Usted está hoy peor que nunca!… ¡Para mí que ya le agarró el coronavirus!
– ¡Dios me libre, compadre!… ¡A mí que ni se me acerquen esos bichos!
– O su mujer le pegó muy fuerte en la corona; pero hoy ha amanecido más zonzo que nunca…
– Mejor sigamos hablando de la gallología esa, compadre.
– ¡PATOLOGÍA!
– ¡¿Y no son simónimos?!… Verá que tanto los gallos como los patos son aves…
– ¡Ay!… Creo que preferiría estar en un cuarto lleno de enfermos con coronavirus en lugar de estar aquí tratando de explicarle algo a usted…
– No diga eso, compadre. Lo que pasa es que yo solo estudié cuatro años de primaria.
– Sí, y los cuatro años los pasó en primero; eso ya lo sé. Pero, a pesar de que no hayamos tenido la oportunidad de tener una educación formal completa, en la vida hay que informarse bien compadre, educarse uno mismo para no dejarnos alarmar por rumores y desinformaciones sacadas de las redes sociales.
– Bueno, eso sí; pero yo tengo la suerte de contar con usted, que siempre me ilustra…
– Lo malo es que de tanto ilustrarle a usted yo en cambio me estoy quedando deslustrado; porque usted cada vez se pone más duro de criterio…
– Le prometo compadre que voy a esforzarme para ser un mejor alumno.
– Ojalá, compadrito. Bueno, lo importante ahora es que seamos muy juiciosos y conscientes, y no generemos alarma ni pánico, eso no ayuda en nada, eso solo crea caos. Ojalá esta situación nos sirva como aprendizaje.…
– Tiene toda la boca llena de razón compadre; no por eso vamos a dejar de vivir como personas, de ir al chifa o a servirnos nuestro consabido volquetero de cada semana.
– ¡¿No ve, compadre?! ¡Usted sí piensa cuando hace un esfuerzo! ¡Vamos entonces a ese volquetero!
– ¡Pues vamos, compadre! ¡Quién ha dicho miedo!