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¿Quejarnos por qué?

por Andres Ortega

Siempre nos han enseñado que hay que iniciar cualquier actividad bajo preceptos de un génesis para su entendimiento, pues esta vez lo haré con un cuestionamiento, ¿Quejarnos de que?; muchas de las veces yo creía que la ignorancia era producto del desconocimiento o de pretender ser más vivo que los demás, la famosa viveza criolla, o por último la limitada capacidad que tienen ciertos ciudadanos, que hasta cierto punto es entendible en ciertas circunstancias.

Pero, las redes sociales parecen salas de parto de tanto quejido que se lee y se ven en videos, acaso hace más de tres meses con el muñeco de cartón en la mano se rasgaban las vestiduras y por poco le prendían una velita a San Roy Gilchrist, cuando subió el IVA al 15 % y nadie se pronunció al respecto, grabó a los servidores públicos que sobrepasan los 10.000 USD al año, y nadie dijo nada, despidió a más de 5.000 servidores públicos y nadie ni se mosqueo, sube cada mes el costo de la gasolina y nadie se da cuenta,  entonces porque carajo dan alaridos de desesperación cuando la pasividad es del pueblo que se dejó someter y jamás reclamó nada.

Solo a un maniático incompetente se le ocurre que, utilizando su poder presidencial mediante decreto ejecutivo va a ser el quien controle el precio de un producto que se basa en la oferta y la demanda, pues si el banano, aunque no nos vayamos muy lejos, aquí ocurrió lo mismo con la fruta del dragón si no que aquí el emplumado quiso hacerlo mediante ordenanza municipal, y las consecuencias se veían en las calles cuando la fruta se podría.

Entendamos algo, los gobiernos de derecho se caracterizan por el “libre mercado “, es decir no existe devoluciones, no existen subsidios, se caracterizan por la privatización, por reducir el gasto público y demás, entonces no se entiende a la gente que pretendía que por consagrar el voto su estatus económico subiría, o que peor aun señalando que apoyan a un gobierno de derecha se sentirán que pertenecen a otra clase social.

Dos de sus homólogos intentaron quitar el subsidio al derivado del petróleo, a Moreno no le fue bien, defendiéndose desde Guayaquil se doblegó por las fuertes manifestaciones, Laso por el contrario resistió en la Capital, que igual culminó con un estado que se rindió ante las peticiones del pueblo, en este caso astutamente se traslada la sede del ejecutivo a la cuna de los opositores, hasta suena provocativo y maquiavélico, bajo la premisa de recibir compensaciones de hasta 1000 dólares se pretende frenar con los reclamos.

Entonces mi gente, porque se quejan ahora que son partícipes de las consecuencias que Uds. mismo generaron, son sintientes de las decisiones que Uds. mismos tomaron, el viejo refrán indica que; El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla, y lastimosamente los ecuatorianos tenemos la memoria frágil, tanto es así que sabiendo que nos espera con los gobiernos opulentos de derecha, nuevamente se afianzan las esperanzas para después darse con la piedra en la boca.

Si seguimos así en poco tiempo estaremos bajo el régimen de un caudillo, y quizás no seamos el proletariado bananero en donde ya no solo sea una hacienda, si no un país que inició abrazando a un muñeco de cartón para terminar de rodillas ante un payaso omnipotente con delirios de grandeza y complejo de superioridad.

Por: Edwin Mosquera G.

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