– Oiga, compadre Indiscreto… ¿Qué será de hacer con tanta quejadera? ¡Todo mundo se queja! Que la crisis, que no hay dinero, que no pagan, que mi abuelita murió virgen… ¡Hasta ya me estoy creyendo que estamos en la mismísima mmmmmm!
– ¡Pero si hasta usted se queja, compadre Ulbio!
– ¡¿Qué yo me quejo?! ¡¿Pues cuándo me he quejado?!
– ¿Acaso no se está quejando de que todo mundo se queja?
– Bueno… Este… Yo me estoy refiriendo a los servidores públicos, compadre. Desde hace varios días le escucho al prefecto, andar de arriba abajo con el mismo discurso,de que el gobierno no le paga, que ya son dieciocho millones que no llegan; que la crisis y la crisis…
– ¿Y quién más se ha quejado?
– Los alcaldes y los gobiernos parroquiales también andan que la pandemia, que no hay dinero, que el gobierno incumple, que lo poco que queda es solo para salvar sueldos de una larga lista de servidores que no sé si sirven para algo…
– Bueno, es que a los gobiernos parroquiales, además de la falta de recursos del gobierno, tampoco les llega el cushqui de la Ley Amazónica que de ley les debería estar llegando, porque la Ley es la Ley y el petróleo sigue saliendo.
– Y también se quejan los maestros; que no quieren retornar a las aulas; pero les obligan y no tienen ni para comprar un jabón o alcohol para desinfectar las escuelas, porque de tantos meses abandonadas ya ni las escobas están buenas.
– Y yo digo ¿en verdad estamos tan pobres? ¿En verdad estamos en la miércoles, jueves y viernes o es que nos quieren meter el cuento para con ello mantenernos quietitos?
– ¡¿Y por qué dice eso?!
– Mire pues, compadre; a la Cooperativa de la Pequeña Empresa, por ejemplo, tiene un discurso diferente y habla que ha sido un año muy bueno. Allí se reparten utilidades entre los socios, y por Navidad se da el lujo de entregar tarjeta de crédito a todos sus afiliados…
– ¡Eso me parece increíble! ¡En un año en que todo mundo se queja de que ha sido el peor de la historia!
– Y como si fuera poco, en este año regala tres vehículos de lujo, 0 kilómetros de paquete y cientos de regalos más en el sorteo ya anunciado para los primeros días de enero.
– Y eso que es una empresa local, que comparado con el tamaño del Estado, ni debería estar hablando de ganancias, utilidades y regalos.
– Bien dicen los chinos que cada crisis es una oportunidad. Esta pequeña empresa ha demostrado que de “pequeña” solo tiene el nombre; piensa en grande, no se doblega ante la crisis y mejor a la crisis la ha convertido en fortaleza.
– ¿Y qué oportunidad van a tener pues nuestros pobres gobiernos locales?
– No tendrán ninguna oportunidad si viven con una mentalidad quejumbrosa; nuestros funcionarios electos solo están esperando a que todo les llegue desde fuera para luego mandar todo de nuevo para afuera. Ya es hora de que desempolvemos la creatividad… ¡Por algo son gobiernos!
– ¿Pero que podrían hacer?
– Mire, compadre; un gobierno no sirve solo para gastar la plata que le viene, sino también para afrontar las épocas de crisis; deben levantarse valientemente, unirse, declarar la emergencia y junto a sus ciudadanos buscar las alternativas tomando en cuenta las experiencias de otros pueblos del mundo que han superado las peores dificultades con unidad y creatividad.
– Tiene toda la boca llena de razón, compadre; no nos debemos dejar dominar por el discurso de la debacle, que la peor pobreza es la pobreza de la mente. El que se pasa lamentando y no mira las oportunidades, el que se queja jamás progresará.
– ¡Eso, compadre! Cuando un pueblo está unido a sus autoridades y éstas a su pueblo y se respaldan mutuamente, se convierten en una fuerza indestructible. Experiencias que pueden ser aprovechadas como ejemplo hay muchas, solo hay que investigar un poco; para eso sirve la internet.
– ¡Chuta! Pero parece que nuestros funcionarios solo se ponen pilas cuando ven plata, y cuando no la ven se vuelven muspas, como que se desinflan.
– Nuestro pueblo amazónico ha demostrado que es un pueblo valiente y luchador; autoridades y funcionarios públicos… ¡únanse a su pueblo! No vaya a ser que la gente un día se canse de ustedes y les haga a un lado por las malas o por las piores…