Inicio Opinión ¿QUIEN QUIERE SUMARSE? Por: Punta de Lápiz.

¿QUIEN QUIERE SUMARSE? Por: Punta de Lápiz.

por Andres Ortega

Culminó un año más, un año donde se mezclaron nuestras melancolías y alegrías; donde nuestras metas se cumplieron, -algunas- y, nos amargamos por nuestras decepciones. Un año más donde el hambre, la sed, la falta de oportunidades, nos agobiaron; pero supimos capear el temporal y avanzamos en la vida. Conocimos al amor de nuestras vidas y lloramos la partida del ser amado.

  Más, siempre estamos prestos a celebrar y suplicar por lo ignoto. Jamás festejamos por el simple hecho de terminarse un año y de seguir vivos; jamás brincamos de alegría por el nuevo tiempo que se nos brinda para lograr lo que no pudimos. ¿Qué somos más viejos? Cierto. Pero pensemos en aquellos que ya no están: niños, jóvenes, adultos que se marcharon antes de tiempo y se truncaron sus propósitos. En aquellos familiares y amigos que ya no respiran el mismo aire que respiramos y que se llevaron parte de nuestras vidas.

  Se nos ha dado una oportunidad más para rectificar. Para pensar más en nuestra Patria, en nuestra provincia, en nuestra parroquia…

  Se nos ha dado una vez más la oportunidad para que nos sumemos en la lucha contra el vicio que corrompe a la niñez y juventud; contra la corrupción que campea oronda, en nuestra sociedad y que de tan común, algunos quieren hacerla parte de nuestra cotidianidad.

  Empezamos un nuevo año para romper con los tabúes que nos impiden progresar como seres humanos y comunidad; para demostrar –en nuestro caso- que no son necesarias campañas como  ‘Puyo es honesto’ para que empecemos a serlo. Porque Puyo siempre fue honesto, desde su fundador y quienes le acompañaron. Porque no lo hicieron para sacar provecho personal. Honesto es el vendedor ambulante, el comerciante, el taxista, el ciudadano de pie…Los deshonestos son pocos y están incrustados o rondando la dependencias  gubernamentales y las autónomas.  Son  pocos, pero hacen mucho daño…

  Empecemos un nuevo año con la firme convicción de ubicarnos, en el lado correcto, en nuestra colectividad. Dejemos a un lado, por el bien del país, la mojigatería  y la conveniencia vergonzosa de opinar o reclamar derechos, según beneficie ‘mis intereses’, de ‘mi partido o movimiento político’ en detrimento del bien. ¿Ejemplos?: Cuando a un ex presidente de infausta recordación,  le hacían una seña atrevida, el mismo agraviado envalentonado con su escolta imperial apresaba al ofensor  de la ‘majestad del cargo’. Prensa, Derechos Humanos, opositores, etc. lanzaba al mundo entero sus proclamas en defensa del apresado. Hoy,  un zafio líder social, -mala copia del expresidente  mentado- le dice ‘patojo de mierda’ a quien nos representa, aquí y en el mundo.  Ante tamaño ultraje, apenas algún tibio rechazo y en lo demás  un increíble ominoso silencio…

  Esta es la actitud que debemos cambiar. Reconozcamos que los derechos de uno, terminan donde comienzan los derechos del otro; dejemos atrás esos resentimientos atávicos,   rechacemos los actos vandálicos,  a los políticos ineptos, sin ponernos del lado de un color o una bandera, sino del lado del bien, de la verdad, de la justicia…

Los cambios no lo hacen otros; los cambios los hacemos nosotros. Nadie más.

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