El pequeño estero Mondayacu de la parroquia Cotundo fue contaminado a tal punto de registrarse la muerte de los grandes peces que poblaban el pintoresco centro de rescate El Arca.
Mil quinientos peces murieron en las aguas que antes eran su hábitat, así manifestó la propietaria del lugar quien indicó que sus trabajadores no soportaron el olor de los químicos, “los chicos no podían entrar al agua porque sentían molestias al respirar”, indicó la mujer afectada, quien además manifestó que ha denunciado por muchas ocasiones a personas podrían ser responsables de otros tipos de atentados.
Pocos peces fueron rescatados y puestos en espacios reducidos para ayudarlos a recuperarse, sin embargo técnicos que intentaron reanimarlos dieron su opinión poco favorable respecto a si sobrevivirían los especímenes.
Este suceso sería catalogado como un atentado y delito ambiental del cuál seres inofensivos se llevaron la peor parte y el agua quedó contaminada.