En la gráfica, la niña Aresly Pinta, estudiante de la U.E San Vicente Ferrer durante sus clases virtuales
El trabajo educativo que ahora empieza en casa será amplio y representará tiempos difíciles no solo para los estudiantes, sino para los docentes y además para los padres de familia.
Según la psicóloga educativa, Sonia Becerra, hay mucho estrés en los estudiantes empezando por el hecho de que un porcentaje amplio de población estudiantil, no tiene acceso a internet y tendrán que seguir con la educación por radio o televisión.
El Ministerio de Educación ha encargado en la elaboración de en una ficha de contención emocional donde el tutor consultará a los alumnos, como me sienten, que es lo que más extrañan desde que empezó la pandemia, si ha sentido depresión o alguna forma de violencia aspectos que son esenciales.
El distanciamiento social y el hecho de que no poder empezar el año escolar junto a los compañeros de clases, afecta a la salud emocional de los chicos, debido a que hemos estado acostumbrados a la libertad.
El año lectivo anterior, se presentaron un sinnúmero de complicaciones por el cambio de modalidad de educación de presencial a no presencial, sino, todo a base del WhatsApp y muchos se quejaron por la sobrecarga de tareas escolares que se trasladaron a los padres de familia.
Para este año, se espera que no existan mayores inconvenientes, para el efecto, Ministerio de Educación ha determinado lineamientos muy claros, empezando por el tiempo que deben estar los chicos en el computador (2 horas). Además, existen cajas de herramientas para el trabajo diario, entre otros.
OBSERVACIONES
- Es necesario regular los horarios. Si en vacaciones, a los niños y jóvenes, se les permitía dormir hasta las 10h00, ahora en clases hay que motivar que los hijos se despierten 6h30 de la mañana para que empiece su jornada.
- Hay que establecer un lugar para que el estudiante pueda realizar sus tareas. No hace falta grandezas, puede ser en una esquina donde no llegue los rayos del sol de forma directa.
- Los padres deben colaborar no agobiando con un exceso de preocupación porque causan estrés en los hijos. Es decir, a los padres les corresponde supervisar, pero en la hora de clase, hay que dejarles a los chicos adquieran destrezas y el sentido de responsabilidad para que aprendan como resolver problemas por sí mismos.
- Se ha detectado tantos casos que en los grupos de WhatsApp el profesor imparte las instrucciones y luego se presenta una avalancha de preguntas. A veces, ya se responde una inquietud y transcurridos pocos minutos otro padre o madre de familia vuelve a repetir la misma pregunta, saturando el chat y causando más de una molestia. Por lo que se recomienda, no apresurarse y revisar bien la información antes de repreguntar.
- Los agradecimientos reiterativos también son innecesarios. Tantas veces se ha visto que alguien agradece al maestro y a renglón seguido los 35 padres de familia del chat agradecen, sobrecargando el chat y muchas de las veces haciendo que se pierda algún mensaje que si era importante.
- Culminado el tiempo de la instrucción, apague los dispositivos electrónicos y haga que los chicos ayuden en los quehaceres, porque la colaboración en el hogar también es parte de la vida práctica.
(GT)