Por: Naranjo
El panorama no se mira fácil, las circunstancias que han convergido en la actual situación que atravesamos como sociedad como país y como planeta no son muy comunes. Más aún que todas se unan para provocar la crisis que tiene comprometida a la economía, la política y la salubridad mundiales nos encuentran tal vez muy mal preparados para afrontarla, sobre todo a sociedades como la nuestra que viene tratando de salir de una noche obscura de diez años bajo la opresión de una galopante corrupción que ha estado a punto de minar nuestro espíritu y que seguramente a muchos a doblegado haciéndoles sentir que somos un país inviable en que cada día aparecen nuevas revelaciones de cuánto daño de quienes dijeron representarnos y que en nada representan la pujanza de este pueblo ecuatoriano que ha demostrado ser capaz de levantarse de cualquier golpe y por supuesto esto no nos detendrá.
Lo único que requerimos es que quienes circunstancialmente guían nuestros destinos políticos hagan lo posible por no dejarnos peor de lo que nos dejaron los de Alianza País. Que procuren al menos de que pasemos este bache de bajas ventas y del peligroso virus.
Lamentable volvemos a sentir que nos meten la mano al bolsillo para una vez más pedirnos “solo por única vez” aportemos con nuestras escuálidas economías para el salvataje de un gobierno que en buen romance no ha podido tomar los rumbos que debió cuando aún le dimos el beneficio de la duda al inicio de su administración.
Ahora cuando su capital político no le sirve para sortear el desgaste de una floja administración que debió hacer los cambios a tiempo y perdió la gran opción de sanar lo causado a sus conciudadanos en la década robada. Y si esto les quedó grande al menos sería deseable que permitan no dejar en la impunidad a quienes aunque estén en sus filas deban responder a la justicia por sus fechorías.