Por: Lic. Gustavo Tuston
Es interesante aquella reflexión que dice: “El pasado se hace futuro y el futuro se hace pasado”, la frase cae como anillo al dedo, cuando la historia nos enseña que antes que exista el papel moneda, la gente intercambiaba sus productos sin que el dinero juegue ningún rol.
Nuestro país, al estar dolarizado, no puede hacer lo que cualquier otro gobierno hubiera hecho en estas circunstancias, es decir, imprimir más billetes que en estos tiempos escasean para poder subsanar los problemas como el pago a maestros, sostener el aparataje estatal, pagar la deuda externa y más obligaciones. Claro está que cuando eso se hacía, provocaba otro fenómeno nefasto para la economía como es la inflación. Según estudios realizados, la gente prefiere cobrar más dinero, aunque este haya disminuido en su capacidad adquisitiva porque eso le provoca una sensación de bienestar, al ver mayor cantidad de billetes en sus manos.
Retomando el tema central, al no haber una cantidad suficiente de circulante (dólares) en nuestra ciudad, se hace interesante retomar una forma de transacción comercial ancestral como es el trueque, como lo han venido haciendo a raíz de la pandemia, los concejales de Pastaza, Rilo Bayas y Oswaldo Díaz. Plátano, papa china, yuca, cañas se intercambia por hortalizas, frutas y legumbres que se cosechan en la serranía ecuatoriana. Los productos de Pastaza, a su vez, son intercambiados a los agricultores por raciones alimenticias (con productos no perecibles). De esta manera, todos ganan con la oportunidad de variar su dieta, sin intervención monetaria.
Pero la tecnología puede también servir como factor coadyuvante. En Guatemala, por ejemplo, un joven proactivo, creó una plataforma para hacer trueques, debido a que muchas personas, pensando que iba a haber desabastecimiento compraron “a lo loco” lo que más podían, gastaron todo los billetes y pasadas las semanas, se vieron apilados de pacas enteras de papel higiénico, pero no tenían otros insumos de aseo y tampoco dinero. A la vez, otras personas poseían diversos productos, pero les hacía falta papel higiénico y a través de la plataforma pudieron encontrar en cuestión de minutos, a gente cercana, con el ánimo de hacer el trueque.
Todo esto nos demuestra que es posible encontrar soluciones cuando hacemos uso del ingenio para aprovechar de los medios que rodean nuestro entorno, más aún en la era de la tecnología, que nos brinda una sólida ventaja sobre nuestros antecesores que también debieron afrontar pandemias, incluso, más letales.