Fue por refrescarse en las aguas del río, pero casi encuentra la muerte; es la historia de Steven Tan, un joven de 22 años, oriundo del Cantón Arajuno, pero que radica en Puyo por más de 12 años.
Relata que ante el intenso calor que hacía la tarde del domingo 12 de octubre, él y su esposa, decidieron ir a bañarse en el río Puyo, pero al ver la cantidad de gente, decidieron caminar un poco más arriba por el paseo turístico, pero a pocos metros pasando el segundo puente fueron sorprendidos por dos sujetos altos, quienes sin darle tiempo a nada, le propinan una puñalada por la espalda, a la altura del pulmón en el hombro izquierdo, exigiendo les entregue el celular y dinero que tenga. Apenas pudo defenderse y hacer que los maleantes se retiren con sus pertenencias (un celular Samsung A75 y 40 dólares).
No había agentes de seguridad en el sector, ni municipales ni de la policía nacional, por lo que fueron las personas que se encontraban en el lugar las que le ayudaron limpiando con alcohol la herida y llamando al Ecu 911. Luego de 15 minutos de desesperación, llegaron dos policías y le ayudaron a salir hasta encontrarse con la ambulancia, quién inmediatamente lo trasladaron hasta la sala de emergencias del hospital Puyo.
En la casa de salud, recibe la atención de los médicos, quienes le aseguran que tuvo mucha suerte, puesto que estuvo a milésimas que el puñal llegue hasta el pulmón y de allí la historia sería diferente. Le cogieron tres puntos y luego de un periodo de evaluación le dieron de alta para reposo y recuperación en su propia casa.
Steven señala que ese día volvió a vivir y agradece a Dios por la nueva oportunidad que le regala, apenas fue una puñalada que no comprometió órganos vitales, ¿qué hubiese sido si eran más heridas? Quizá no estaría para contarlo. ¿O qué hubiese sido si se ensañaban también con su esposa? Gracias a Dios su hijo pequeño se quedó dormido, porque la situación o trauma sería más fuerte.
Se lamenta y denuncia que de parte de la justicia no hayan querido ayudarle, puesto que su situación no amerita para un proceso legal, tenía que haber estado más grave o haber corrido peor suerte para tomar acciones al respecto. Así también se lamenta que un lugar tan concurrido por propios y extraños no haya contado con personal de seguridad que se preocupen por precautelar la integridad de las personas.
Hace un llamado a que no esperen a que haya un muerto o situaciones extremas para poder actuar, que su caso sirva de ejemplo para que las autoridades tomen cartas en el asunto y haya más control en este sector, por el bien incluso de los turistas quienes nos visitan por disfrutar de nuestros atractivos.
Así también, su mensaje a las personas a que no se confíen, a que piensen dos veces a la hora de visitar estos lugares y sobre todo que no lo hagan solos.