Así se denominaba antes al día dos de noviembre, era “el día de los finados”, como siempre, estuvo precedido por el uno de noviembre, conocido y reconocido como, el día de “Todos los Santos” era la oportunidad para que ingeniosamente ciertas personas que tenían como identidad algún nombre poco común, festeje a rabiar como día de su aparente onomástico, aunque ese no es el verdadero sentido de todos los Santos.
Dos días antes, o sea el 31 de octubre, mucha gente principalmente jóvenes y adolescentes eran invitados a través de las redes sociales a participar de lo que antes poco o casi nada se sabía, la ahora famosa fiesta de Halloween o comúnmente conocida como la “noche de brujas” (y mejor no haberlo sabido dicen los de la tercera edad ahora y adolescentes en aquel tiempo) y es que muchos consideran como la oportunidad para festejar al diablo, fomentar el mal, los antivalores, la blasfemia, en fin, lo cual es ratificada por la Iglesia.
Una evidencia de lo dicho, es lo que publican las redes sociales acerca de la instauración de un nuevo rito simulado a lo que realiza la religión católica en época navideña como es el “Pase del Divino Niño”, con la diferencia de que este niño al que hace referencia la Iglesia católica, es el hijo de Dios, es Jesús el hijo de María, es nuestro Cristo que murió en la cruz para librarnos del pecado, por tanto, está claro que se trata del niño del bien , el de la salvación eterna.
Sin embargo ha llamado mucho la atención de que en la austral ciudad de Cuenca, un artista, una persona que sabe cultura haya puesto empeño en realizar un acto que bien podría llamarse satánico porque se pretende adorar al mal o al menos resaltarlo, con acciones como una procesión a la que la han denominado “El pase del divino niño malo” acto que estará precedido por un pequeño bulto de cerámica o madera posiblemente representado al mal.
Ahora, el día de los difuntos es cualquier otra cosa, es fiesta, regocijo, alegría, paseo, excursión, baile, etc. etc. menos eso “el día de los difuntos”, aquel día destinado a visitar los cementerios, las tumbas de los padres, hijos, familiares , amigos, son la nueva generación, solo ha quedado firme la elaboración y consumo masivo de la colada morada, el traje negro con el que vestíamos en ese día para ir al cementerio, ha quedado para la historia o mejor para los rockeros y artistas.
Que importante sería entonces que, lejos de resaltar al mal y a sus protagonistas, los padres de familia, docentes y funcionarios encargados del cuidado de niños y ancianos, dieran preferencia a resaltar el verdadero sentido del “Día de los difuntos”, como un día de recuerdos y reencuentros con la familia, de meditación de lo que en sí es la vida, tal vez aquello, nos permita valorarla un poco más y no desperdiciarla de la manera que la estamos haciendo, es en síntesis el mensaje de la Iglesia en sus Homilías.