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! VIBREMOS MÁS ¡

por Andres Ortega

La vida es un reto a cada instante, la cual en un abrir y cerrar de ojos te sacude. Aunque a veces te envuelve, te guarda o te cobija, en otros momentos solo te suelta, sin más, solo te sorprende y constriñe. Vivimos el día a día en un tiempo en que nada es estático.

Somos más que solo energía, tenemos luz interior y espiritualidad propias. En cada jornada, somos vibración constante y en aquello un aprendizaje permanente, sin pausa: en lo familiar, lo personal y lo profesional. Por ende, el cambio no es una excepción, es una regla que guía la existencia.

En ese contexto, es evidente que el talento humano es la herramienta más valiosa de toda organización. No como piezas aisladas, sino como engranajes que, al sincronizarse, crean una maquinaria armónica. Como en la alegoría de la construcción de un templo interior/social, cada piedra pulida —cada persona— debe sumarse al esfuerzo colectivo para sostener un edificio sólido y bello.

Así como la vida, las organizaciones no permanecen inmóviles, discurrimos en el tiempo en permanente vibración y cambio. Nada es estático, incluso si creemos estar en quietud, somos permanente corrección y correlación de fuerzas. Los seres humanos tenemos la capacidad de ser la herramienta de transformación al estar dotados de razón y sentimientos.

No es menos cierto, que como seres humanos tenemos días oscuros. Nadie sabe lo de nadie. Vivimos nuestras experiencias y batallas internas en estricto silencio y soledad; mientras la sociedad o las organizaciones demandan de nosotros excelencia y competencia a cada momento, sin considerar muchas veces nuestro estado situacional o anímico.

Por ello deseo que vibremos más. Y al compás de nuestras experiencias y realidades, que no seas el mismo de siempre. Sino que vibres y vueles alto permanentemente, con fuerza y vigor con mucha templanza y, que, pese a que haya situaciones que te aquejan o incomodan, continúes con entereza, con humildad y sencillez en búsqueda de la mejor versión de ti para la completitud de tu existencia. Siempre en la posibilidad de perdonarte únicamente a ti mismo para la mejora constante.

Somos más que sólo materia, somos el cincel de la existencia, podemos ser moldeados por eventuales circunstancias, pero a la vez tenemos la posibilidad de tallar nuestro propio destino con disciplina, compromiso y visión. Libres de prejuicios y resentimientos al ser visionarios para practicar la empatía incluso en medio del caos.

Tenemos un gran poder que nos concede la vida: ser propositivos, inclusive ante la incertidumbre; construir, aunque el futuro no esté garantizado y el mañana no llegaré a amanecer.

En cada desafío existe una oportunidad. Y en cada oportunidad sin duda existe un vínculo para perfeccionarnos, para ser mejores en todo ámbito. Mejores hijos, mejores compañeros, mejores padres, mejores ciudadanos. Mejores seres humanos. La vida nos entrega las herramientas y depende de nosotros saber utilizarlas.

No podemos esperar en la comodidad del presente, debemos atrevernos a vibrar con el cambio construyendo templos a la virtud en aras de un futuro mejor. Crecer y trascender, como personas. Como organización. Como equipo.

Tal cual el compás nos sirve para medir el radio de nuestros actos con prudencia, la escuadra para obrar con rectitud y, el cincel nos sirve para labrar nuestras imperfecciones, estas herramientas simbólicas nos enseñan que paso a paso la excelencia se construye con voluntad, a paso gradual y firme en tanto, vibremos más.

Por: Abg. Pedro Dávila

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