– Dígame, compadre Indiscreto: ¿Qué es para usted la soledad?
– Pues, mi prima; la que de cariño le decimos Chole.
– No me refiero a persona alguna; me refiero a “soledad” del verbo estar solo.
– A ver, compadre Ulbio: La soledad es esa sensación que sientes cuando se te va bajando la manga mientras friegas los platos y tienes que intentar subírtela con la nariz o la boca.
– Me gustaría una definición más profunda.
– Pues nada más profundo, en cuanto a soledad se refiere, que un vegano en asado familiar.
– Chuta eso sí que es estar solo.
– Y la soledad puede llegar a ser hasta mortal.
– ¡¿En serio?! ¿Acaso alguien se ha muerto por culpa de la soledad?
– Pues claro que sí; yo tuve un amigo a quien le mató la Soledad.
– ¿Acaso el hombre vivió siempre solo?
– Nooo… Lo mató la Soledad porque era su novio y lo encontró con la Yesenia.
– ¡Otra vez! Ya le digo que yo no estoy hablando de personas sino de estar solo.
– Bueno, compadre; si quiere un mejor ejemplo de lo que es la soledad, nada más fíjese en la pobre vicealcaldesa; le tocó afrontar el carnaval y dar la cara con viento en contra, pero se batió solita e hizo lo que pudo.
– Pues ya era visto. Los programas con poca gente y la lluvia que asustaba a los pocos turistas que llegaron.
– Pues no es culpa de ella, así le botaron el muerto y no le quedó otra que hacerle a la lucha.
– Claro, y hasta los pocos turistas que llegaron debieron haberse sentido muy solos; porque hasta la gente de aquí mejor se fue a disfrutar los carnavales en otros lados.
– Sí hasta el alcalde como ya era visto, decidió pasar un mejor carnaval en otra parte y pasarla de lo mejor con su familia.
– Pero cómo va a ser justo que el mismísimo anfitrión de la fiesta se vaya dejando todo botado a su suerte. Es como si uno organizara una fiesta y uno primero no asomara ni para recibir a los invitados.
– Y hasta el astro rey creo que se cabreó con el turro carnaval de Puyo.
– ¿No se lo llevaría el alcalde?
– A lo mejor se lo fue llevando para complicarle aún más la situación a su subrogante. El sol, a igual que la autoridad principal, fue otro que brilló con su ausencia.
– Yo creo que lo hizo a propósito, puesto que ya suena el rumor que la vice apunta como posible candidata para la alcaldía, y entonces fue la cascarita de plátano que le puso para hacer caer su imagen y que ni piense lanzar su candidatura.
– Usted como siempre malpensado, compadre…
– Es que así es la política,compadre.
– Pero a lo mejor no fue cáscara de plátano, sino de mango. El caso es que la ciudad quedó desierta, pues casi todo mundo decidió salir a distintos lugares donde a diferencia de Puyo, la programación fue mejor.
– Así dicen, que bastantes de aquí han estado en Palora, en Macas, en Tena; por todo lado, menos en Puyo; y de las iras hasta San Pedro vino a votar toda el agua y los truenos aquí.
– A lo mejor se compadeció de los puyenses y por eso vino a jugar carnaval con nosotros, aunque también prácticamente le tocó jugar solo; más bien, solo con la alcaldesa.
– El caso es que vamos de mal en peor; no hay ideas ni conceptos nuevos.
– Tiene toda la boca llena de razón, compadre; si se sabe que nuestro cantón tiene un gran potencial turístico, todas las políticas públicas deberían enfocarse en eso.
– Sí, más bien el señor prefecto ha organizado unos buenos programas en el sector rural; así que la gente mejor se fue para allá.
– Bueno, y nosotros también vayamos a visitarle a nuestra vicealcaldesa para que no se sienta tan sola.
– Sí compadre; pero vayamos cantando:
“Pobrecita mi guambrita
¿Qué hará? ¿Qué hará?
Sentadita en la playa
Solita está…”