Conversar con nuestro personaje de la semana, fue una cita para mirar a los valores de antaño. A sus 86 años, conserva la lucidez de su pensamiento, palabra, expresión corporal. Acude a la entrevista con terno, ya que sabe que para mostrarse al público debe estar elegante.
Oriundo de un pintoresco pueblo de la provincia de Chimborazo. De profesión mecánico automotriz, aprendió el oficio en la ciudad de Guayaquil.
Su familia compuesta de 9 hermanos, toda la familia se trasladó al oriente ecuatoriano por motivos de trabajo en el año de 1989. Tenía 26 de edad, ya era casado y tenía a su primer hijo cuando vino por estas tierras. Sus abuelos anteriormente le conversaban sobre la existencia de la entonces frondosa hacienda Te Zulay. Tiene seis hijos todos profesionales y que son su orgullo porque en sus años de trabajo han demostrado eficiencia y honradez en sus funciones.
Indica que su madre fue la segunda mujer que se puso un local de fritada en Puyo. Ya fallecida le dejó la mejor herencia que son los valores de la honestidad, el respeto y la humildad. Recuerda que la gente de su pueblo, sus antecesores educaban a los hijos para que, en las mañanas al levantarse, primero hagan una oración y luego prepararse para saludar a todas las personas mayores. Había disciplina y buenos modales.
Dentro de su trayectoria, fue afiliado al partido Izquierda Democrática con el que llegó a hacer concejal. También fungió una temporada como diputado alterno, cargos que los desempeñó con mucha ética y responsabilidad. “En este entonces no íbamos a negociar, sino que el dinero del Puyo sea bien invertido.”
Comenta que en décadas atrás, al igual que lo que ocurre en nuestros días, apareció un brote delincuencial, pero con acciones oportunas y efectivas se logró erradicar, lo cual se debería replicar en estos tiempos, para evitar que el asunto salga de las manos. Parte de las acciones disuasivas llevadas a cabo fue algo tan sencillo como pedir la cédula a personas que se les observa vagando sin justificación y preguntándoles la razón por la que se encuentran en la ciudad. Así, sin faltar a los derechos ciudadanos se ejercía control. De esa manera se sentaba un precedente ya que se demostraba unidad y fortaleza de las autoridades, todo lo cual hoy no se siente.
Fue parte del Sindicato de Choferes y del gremio de mecánicos, cargos de los que tiene buenos y malos recuerdos. Por ejemplo, no le gustó que se haya dado la venta de licencias, motivo por el que se retiró del Sindicato, pero por otro lado pertenecer a esas instituciones le permitió conocer lugares y personas con las que hizo una buena amistad.
Es amante de la lectura y conserva muchos documentos y recortes de revistas y periódicos de que recogen aspectos destacables de su trayectoria y de otros personajes de la época a quienes durante la entrevista describe, mientras comparte una que otra anécdota.
Hoy está retirado, goza de una vida tranquila y del amor de su familia. Recomienda la unidad familiar ya que es la esencia hasta en el campo religioso.