De origen serrano, oriunda de Tanicuchi, al igual que su difunto esposo y sus primeros hijos, una parroquia de la Provincia de Cotopaxi, su nombre completo fue Clemencia Adelaida García Centeno, nació el 12 de agosto de 1935, hace pocos días cerró sus ojos a la edad de 88 años.
Su esposo Nicolás Travez, desde su tierra natal Tanicuchi, se fue a trabajar en la provincia del Carchi, Tulcán, en el año 1962 dejándome con mis 5 hijos, cuando se encontraba trabajando en una hacienda donde se cultivaba piretro manejando esos tractores agrícolas a los que les llamaban canguros, al año más o menos nos llevó a todos a vivir a Tulcán, ahí nació mi último hermano Huguito el 1 de marzo de 1964, dice Rosita la única hija de la familia Travez-García que acepto ser nuestra interlocutora.
Oscar Witzig, un ciudadano de origen suizo, también trabajaba en la misma hacienda, es él quien dice a Nico, vamos al Oriente a trabajar a una compañía de Té, propuesta que es aceptada, aquí nace Walter el último de los hijos el 10 de Noviembre de 1965 en el querido y recordado Hospital “Voz Andes” de la parroquia Shell, con él completaron la familia con 7 hijos
Su destino estaba en Puerto Santa Ana, a la margen derecha del río Pastaza en las plantaciones de la Compañía CEDIA dedicada al cultivo de achiote y papaya, inicialmente empezó trabajando como mayordomo vivíamos a unos 10 Km del centro poblado (caserío Metzeras), luego de muchos años la compañía empezó a decaer, se eliminó la mayor parte de personal y salimos a vivir en las villas que hasta ahora existen aunque bastante deterioradas al filo del rio Pastaza.
Rosita, su única hija dice, “mi papa trabajo en la Compañía CEDIA hasta cuando fue embargada por el Banco, luego fue uno de los primeros socios de la Cooperativa de transportes “Centinela del Oriente”, con un bus que prestaba su servicio al Cantón, que finalmente salió de servicio público cuando se construyó la carretera por Tashapi, por la gabarra empezaron a entrar otros carros de los socios de la Cooperativa Centinela del Oriente, posteriormente entro a trabajar en el Municipio del Cantón Palora como Jefe de personal, luego de un tiempo cae enfermo, por más de un año permaneció enfermo le diagnosticaron cáncer terminal al estómago, como su estado fue bastante delicado le cambiaron de actividades por lo que tenía que salir a chequeos médicos frecuentes, y se encontraba bastante delicado de salud, termino siendo el chofer del basurero, falleciendo el 14 de octubre de 1997”. Ahí vivimos por muchos años hasta cuando la compañía decayó económicamente y no pudo pagar un préstamo al Banco Nacional de Fomento y fue embargada por el banco, Nico es nombrado depositario del Banco y permanecemos un tiempo más hasta que finalmente tuvimos que salir a vivir en Palora.
Somos siete hermanos, Cervando, Marco, José, Iván, Rosa, Hugo Walter, mi hermano José falleció en un accidente de trabajo en el 20 de mayo del año 2000, gracias a Dios y al sacrificio de nuestros padres todos somos profesionales, mi padre siempre decía, “la única herencia que les voy a dejar , es el estudio, tienen que aprovechar”, y así fue, nos dejó la mejor herencia, hoy la mayoría estamos gozando de la jubilación, económicamente estables, solo falta Walter que trabaja en la Empresa Eléctrica.
El 14 de octubre del año 1997 a los 64 años de vida fallece mi papa, mi mama se queda viuda a los 62 años de edad, desde ahí , ella vivió sola en su casa desde el fallecimiento de mi padre, dedicada a sus quehaceres domésticos, se acercó bastante a la Misión Dominicana, ventajosamente quedaba cerca a su casa y asistía al grupo de mujeres que se reunían para realizar actividades prácticas de costura, bordado, tejidos, etc. cosas que a ella le gustaba mucho.
Nosotros como hijos, nos encontrábamos contentos el verla ocupada ya que con la enfermedad de mi padre ella sufrió mucho, porque tuvo que cuidarle y bastante tiempo, ella empezó una nueva forma de vida posteriormente, económicamente ella tenía para sus gastos, con la muerte de mi padre ella quedo con una cesantía mensual. Cuando ella tenía 76 años la lleve a vivir conmigo, porque un día nos contó que se había caído y no había podido levantarse, A ella inicialmente le diagnosticaron Osteoporosis avanzado, de ser una mujer muy fuerte y activa, paso a debilitarse los huesos fácilmente se rompían en sus caídas, por la edad ya no tenía las energías suficientes, pienso que el parkinson ya dio su inicio y se caía con frecuencia, como hijos nos dio miedo de algún día encontrarle muerta, y decidimos llevarla a vivir con nosotros, es decir conmigo en vista de ser yo la única hija mujer creí conveniente llevarla.
Últimamente a raíz del encierro debido a la pandemia le dio alzhaimer, pese al tratamiento médico que tuvo, la enfermedad fue avanzando aceleradamente hasta que el pasado viernes falleció dejando un gran legado para sus hijos, nietos y bisnietos, un legado de entrega, esfuerzo, trabajo, sacrificio y abnegación por sus seres queridos, en la retina de quienes gozamos de su amistad quedará grabado, la amabilidad, el respeto y la consideración a sus semejantes.
Esta es una pequeña reseña histórica de la vida de la familia Travez García, de esa familia que llego en los sesenta cuando todo era inhóspito y se quedaron para ser parte con su esfuerzo trabajo y tesón, del desarrollo y progreso del viejo Metzeras, hoy convertido en el progresista Cantón Palora, el Edén de la amazonia, la capital del té y la pitahaya.
Desde nuestra redacción, nuestras condolencias a sus deudos y que haya paz en la tumba recién abierta de Doña Clemencia Adelaida García Centeno.