– ¡Venga, compadre Indiscreto! ¡Así ha de venir, pues, a visitar a los pobres! Venga, siéntese, converse…
– ¡Ningún “siéntese”, compadre Ulbio! Vengo a invitarle, para ir a la colocación de la primera piedra… ¡¿No ve como todos vamos hacia allá?!
– Eso mismo me preguntaba yo… ¡¿A dónde va tanta gente?! ¡¿Qué ha sido?! ¡¿Caminata, procesión?! ¡Si la Semana Santa todavía no inicia! ¿O es que la caminata de la Virgencita de Agua Santa también la hacen desde Puyo?
– Ya que habla de la caminatas, cierto, hoy nos cierran la vía por la mal llamada “Caminata de la Fe”, que de fe no tiene nada, si más bien es pura borrachera, joda y hasta abuso contra las mujeres. Luego los borrachos al pie del santuario caídos peor que años viejos, jeje.
– Cuando entre el Rambo, dizque va a mandar a construir un Cristo Redentor gigante, así como el de Río de Janeiro. Allí sí que hay que organizar una verdadera caminata, para ir con devoción y piedad…
– ¡Ele! ¡Ya quiere ir con la Piedad! Después por qué le pega su mujer.
– Yo estoy hablando de piedad cristiana. No me malinterprete, compadre.
– Bueno, eso sí; la Piedadcita es muy critiana, así que no me la ande tentando al mal, compadre.
– ¡No, compadre! Yo estoy hablando de la devoción religiosa que debemos tener; o sea que estoy hablando de las personas devotas.
– ¿De botas? Bueno, la Piedadcita también usa botas de vez en cuando; de esas que parecen de montar a caballo. Y le quedan muy bonito ¡eh! Pero no por eso me la quiera hacer caer en pecado.
– ¡Ya, ya, compadre! Usted lo que quiere es sacarme de quicio…
– ¡¿Sacarle del vicio?! Si usted ya está grandecito para saber lo que hace. Pero bueno, no me cambie la conversación; le digo que vengo a invitarle a la colocación de la primera piedra…
– ¿Y dónde van a colocar esa piedra?
– ¿No ve que el Oz se ha puesto las Eveready? Y ahora está dejando obras a tutti frutti, y en eso le ha tocado también a nuestro barrio.
– ¡A la hora que se pone las pilas! ¡Ya cuando tiene las dos patas afuera! Durante los cuatro años se pasó sin hacer nada y ahora asoma con obras por todos lados…
– Pues, más vale tarde que nunca, compadre.
– Pero no a sabiendas que apenas le quedan treinta días. ¡Eso no tiene sentido! Mejor debería dejar que la nueva administración inicie con esas obras.
– No. compadre, usted no entiende que el alcalde es tan bueno que le deja ya iniciando los trabajos, solo para que el Rambo llegue y haga las inauguraciones. Es decir, le deja la mesa servida, solo para que llegue, se siente y nada más.
– ¡Qué mesa servida ni que ocho cuartos! El que no entiende o no se da cuenta es usted. Más bien, se están sirviendo la mesa ellos mismos y solo le dejan al que entra las servilletas, los platos sucios y los manteles manchados…
– O sea, para que al nuevo alcalde nomás le toque hacer la limpieza…
– Claro… ¿No ve que allí está la triquiñuela? Se van asegurando los contratos, de tal forma que se llevan su tajada y el que venga haga el trabajo más duro, que es levantar la mesa.
– O sea, al Meza le toca levantar la mesa y las flores de lo que ya se han ido sirviendo.
– Y le dejan todo el relajo hecho y la basura. Con razón vemos a la ciudad totalmente destruida por todo lado: calles con los adoquines levantados, material amontonado, piedra, arena ripio y maquinaria apurada trabajando.
– Cosa que no hay por dónde circular ni dar la vuelta, que pendejada. Yo diciendo que este alcalde si se ha puesto las pilas, aunque sea a última hora, que le deja la mesa servida al que viene; pero ha sido todo lo contrario, chiiii…
– Así como cuando nos cierran la vía por la mal llamada “Caminata de la Fe” y nos obstruyen el paso, a tal punto que nuestra provincia queda bloqueada, sin tener para donde coger, solo porque ellos quieren darse la buena fiesta, así también es lo que hace la administración Oz.
– Claro, compadre. Eso es bloquear el trabajo de la siguiente administración, dejarle todo contratado no es más que obstaculizar la gestión del pobre Rambo; de tal forma que al menos hasta diciembre no pueda hacer nada.
– Solo concluir las obras que ya le dejan iniciando y para que la gente diga que no hace más que seguir con las obras que el otro ya le dejó, y así joderle su imagen.
– ¡¿No ve, compadre?! Por eso yo mejor yo no me presto a ese juego sucio. ¡Allá que pongan su primera piedra solos! Por ser tan mala fe. Mejor me regreso a la casa a seguir con la tarea que me dejó mi amada mujercita, jejeje…