El miércoles de la semana pasada, ingresó una brigada de salud de la Dirección Distrital 16D01, a realizar trabajos de supervisión a la comunidad de Copataza, siendo retenidos por miembros de la comunidad achuar, en la cuenca del río Pastaza.
La directora Distrital, Mónica Jaramillo, fue al lugar a reunirse con los comuneros que reclaman la construcción de un centro de salud, pero su gestión no tuvo resultados y, por el contrario, igual fue retenida junto a otros 2 funcionarios que la acompañaban. En total, fueron 8 las personas que fueron obligadas, contra su voluntad, a permanecer en Copataza, aparentemente por comuneros que se encontraba en estado etílico.
Alrededor de 48 horas, para 5, y un día para los otros 3, duró la retención que sufrieron los 8 servidores de la Dirección Distrital 16D01 en la apartada comunidad de Copataza, principal centro de la nacionalidad achuar en Pastaza.
La mañana del viernes, en circunstancias aún no dadas a conocer, fueron liberados, entre ellos la directora Mónica Jaramillo. Los comuneros, según se conoció, reclaman la construcción de un centro de salud en esa población que está a más de 3 horas en carro desde Puyo, por una vía de tercer orden, en su mayoría.
Luego de su liberación las autoridades de Salud del Distrito 16D01 de Pastaza, Mera y Santa Clara, pedirán más seguridad y garantías para el ingreso de sus brigadas médicas a las comunidades del interior. Así lo señaló la directora Distrital, Mónica Jaramillo, parte de los servidores retenidos, durante una rueda de prensa dada en Puyo.
En el interior de esta provincia, hay decenas de poblaciones que carecen de puestos de salud y, bajo este antecedente, de que bajo presión se forzó un acuerdo en Copataza, para ampliar el existente en esa comunidad de manera inmediata, mientras que a futuro hay el compromiso de construir una nueva unidad de salud, por ahora no hay financiamiento, podrían tomar las mismas medidas y exigir ser atendidas.
Para ello, anticipó, promoverá una reunión urgente con los dirigentes de las 7 nacionalidades que cohabitan en esta provincia, para pedir las garantías necesarias para que el trabajo de sus brigadistas no se vea abocado a vivir nuevos episodios de violencia, como los que experimentaron 5 miembros de un equipo de salud que fue obligado, contra su voluntad, a permanecer en Copataza.
El jefe de esa brigada, Robinson Chimbo, jefe de la Unidad Intercultural de Salud, reconoció que sí vivieron ciertos momentos de tensión, en especial, cuando al calor de la chicha hubo comuneros que asumieron una actitud beligerante. Sin embargo, aclaró, que «en general se nos trató bien».