La subida de las imágenes de san Pedro y san Pablo a las embarcaciones; el rociarse perfumes entre ellos, así como a sus invitados; la entrega de las tradicionales presidencias (de Blancos y Negros); las ceremonias protocolarias y la algarabía con la que se desarrollan las festividades de estos apóstoles en Manabí fueron filmadas durante varios meses.
Aquello para un documental que narrará la realización de estos festejos característicos de Manabí, que se cumplen entre junio y octubre de cada año.
El material audiovisual se trabaja en la Unidad de Cultura de la Universidad Técnica de Manabí (UTM) y se prevé mostrarlo al público en diciembre próximo. Ahí se conocerá todo el proceso y las características que tienen estas fiestas religiosas en seis cantones.
Ángela Zevallos, directora (e) de la Unidad de Cultura de la UTM, junto a Manuel Vera, Daniel Valdiviezo, Jonathan Gines y Mariángeles Palacios colaboran en la realización de este proyecto denominado Archivo de la Memoria.
La propuesta de este grupo de activistas culturales nació una década atrás, pero hace dos años se empezó a concretar.
Zevallos cuenta que uno de los objetivos de la difusión del documental, a nivel nacional e internacional, es que el público conozca más sobre la identidad de los manabitas, que se refleja en la preparación de estas celebraciones, cuya coordinación empieza un año antes. Y el festejo varía si es en el mar, en altamar o en tierra.
En poblaciones costeras como Crucita y Los Arenales, los festejos duran cuatro días y en cantones como Montecristi y Jaramijó se extienden a entre siete y nueve días.
En el documental se proyectará, por ejemplo, el proceso de entrega de notas o de presidencias a quienes organizarán la fiesta de los santos en el 2020. También se verá la procesión que se hace en Picoazá, así como el paseo náutico en Los Arenales y Crucita, poblaciones de Portoviejo.
Uno de los momentos más llamativos de esta celebración es la recreación de la llegada del llamado gobierno de Negros desde el mar. Ellos son recibidos, luego de un discurso de bienvenida a las tropas guerreras visitantes, por los representantes del gobierno de Blancos.
Luego de la recepción se da el tradicional baño de perfumes y los bailes de banderas y de presidentes.
“Hay detalles que en las localidades que las hacen (a estas celebraciones) especiales. Por ejemplo, la entrega de mando a los presidentes que organizarán las fiestas del próximo año en Picoazá es algarabía, mientras que en Los Arenales es más formal, es un acto protocolario de principio a fin, a lo que se suman los paseos náuticos”, detalla Zevallos.