Por: Guido Calderón
Para este gobierno la “guerra” contra los grupos “terroristas” es su pasaporte a la reelección, aunque el presidente Noboa le pone mayor esfuerzo a derrotar a los correístas. Tampoco se usa oportunamente el presupuesto de este año, lo que, sumado al incremento de impuestos, provoca un estancamiento económico y la dramática caída del turismo.
Los sicariatos generan pánico en todo el país y si las medidas contra la delincuencia fueran “contundentes” estas no reaccionarían con más violencia, como justifica la ministra de gobierno. Además, a cada evento sangriento los voceros oficiales se apresuran a calificar como venganzas entre sicarios, justificando así la barbarie y marcando como delincuente a toda víctima inocente. Y aún hay “analistas” que explican esta violencia por la falta de empleo en un país donde los municipios atacan al emprendedor y se vacuna al empresario. Las justificaciones reemplazan las soluciones.
En esta derrota, esconden los muertos debajo de la alfombra roja de los tiktoks, donde todo es un éxito, los problemas se resuelven en 30 segundos y cada ministro compite por likes, no por resolver problemas; sino a través del algoritmo conectar con las emociones y vía la adicción que genera esta plataforma, eliminar la capacidad de reflexionar y que se vote por quienes están combatiendo la violencia “en tiktok”.
En esta tiktokracia, la sociedad se informa a través de muchachos inmersos en la superficialidad de sus vidas virtuales, que ocultan la realidad de un país filtrado por las mafias, cuyos acuerdos con altos funcionarios, les permiten rebasar la presencia de los militares en las calles.
En esta precampaña, aparece la duda si la “guerra” que cortó la llegada de turistas al Ecuador, se desplegará en los sectores populares de gran peso electoral. La presencia de los militares, inclinará el voto a favor de los partidos populistas que no ocultan su afán de proteger a la delincuencia sumida en estas áreas.
A partir del 2025 con 40 millones para promoción turística, a discreción de una persona adicta al tiktok y a los viajes al extranjero, más un presidente que da conferencias con casco y chaleco antibalas, lo que desde el exterior no se percibe como una señal de que “las mafias tienen las horas contadas”, preparémonos a perder más turistas extranjeros “reales” y concentrémonos en el turista nacional.