El Sgos. Carlos Atanasio Brunis Angueta para sus amigos era esa alegría que desbordaba en el comando cuando se trataba de formar fila y posteriormente contar el resultado de las jornadas.
Para muchos colegas cuando Brunis recibió el pase al Distrito La Joya de Los Sachas, era un cambio rutinario, como es de esperarse en la vida Policial, siempre en servicio de la ciudadanía y en “cumplimiento del deber patriótico” al que son llamados los Policías en el Ecuador.
El nefasto suceso que serían los últimos minutos del Sgos. Carlos Brunis y sus compañeros estuvo aparentemente planificado, querían acabar con la vida de los tres.
Testigos mencionaron minutos después del crimen de los Servidores Policiales que la alarma que saltó respecto a detonaciones previas al crimen eran un cebo para atraer la presencia de la fuerza del orden, “era solo una pantalla para que acudiera la policía para emboscarlos”, murmuraban algunos jóvenes del vecindario frente al vehículo policial y los cuerpos de las víctimas.
En Ecuador según grabaciones atroces de hombres que se autodenominan de agrupaciones organizadas, quitarle la vida a un Policía o Militar es una misión de alto valor, les pagan para matar a uniformados que se encuentran en servicio activo.
Al parecer este sería el escenario en el que la vida de Brunis, Gaibor y Agila tenían un precio.
El atroz crimen.
El 12 de agosto de 2024 será recordado con dolor e indignación, puesto que fueron minutos dramáticos cuando en medio de las detonaciones ultimaban a los tres Policías, en imágenes grabadas por moradores del barrio Machala de la Joya de Los Sachas, se pronosticaba lo peor.
En el piso y sin una posibilidad de hallarlos con vida, el escenario era grotesco y perturbador, Brunis junto a sus compañeros de trabajo hasta ese día, habían muerto intentando defenderse del cobarde acto de emboscada.
Recuerdos del Policía Carlos Brunis en Tena, provincia de Napo con muchos, en el ámbito deportivo, comunitario y colectivo muchas organizaciones que se dedican al futbol o que promulgan la religión evangélica lo recordaran como un hombre activo y lleno de muchas ilusiones que las proyectaba a través de sus hijos y familia.
Le gustaba cocinar con su madre y esposa, por ello instalaron un restaurante en el que incluía su nombre en la marca de su establecimiento, ayudaba a los más necesitados junto a sus amigos en campañas evangélicas para llevar detalles a los más desposeídos.
Alguna ocasión Brunis posteo en una de sus redes sociales, “No todos los policías son malos, existen policías que son honrados, aman su profesión, son sinceros y cuidan a los ciudadanos; quieren un mejor país”, con estas palabras muy sentidas este caballero de la paz alguna vez sí pensó en lo arriesgado de su profesión, sin embargo, cumplió con entereza hasta el último de sus días preparado y con convicción.