– Bueno compadre Ulbio; ahora que ya se tomó su cafecito, por favor deme guardando la leche en la refrigeradora.
– Oiga compadre Indiscreto; ¿por qué toma usted leche descremada? ¿Está a dieta o qué?
– Nada de eso compadre; lo que pasa es que mi refrigerador es muy pequeño.
– ¿Y eso que tiene que ver?
– Pues, que si compro leche entera no cabe.
– Ah bueno, siendo así…
– Con esto de la leche hay que tener mucho cuidado, compadre Ulbio; sobre todo las personas de gran estatura.
– ¡¿Y cómo así pues, compadre?! ¿Qué tiene que ver la leche con la estatura?
– Le cuento pues, yo tenía un amigo que era tan alto, pero tan alto, que se tomó un vaso de leche y cuando ésta llegó a su estómago ya estaba caducada.
– Pero… ¡Eso es imposible compadre!
– Pero es cierto, compadre. Las cosas imposibles también existen y están presentes a nuestro alrededor… ¿No ve el caso de la Té Zulay?… Es un problema más largo que cualquier gobierno y ningún gobierno ha podido con éste.
– Y además es un problema muy feo.
– Sí, es tan feo que asusta hasta a los ciegos; y como quienes lo tuvieron a su cargo han estado más ciegos que murciélagos con Ray-Ban, no han podido o no han querido distinguir el verdadero meollo del asunto para encontrar una solución.
– Es que no hay más ciego que el que no quiere ver, compadre. Pero el nuevo intendente dice que ya mismo van a solucionar ese problema.
– ¡Ay compadre!… Otra vez, los mismos diálogos, las mismas respuestas, solo que con diferentes autoridades que tratan de convencerse a sí mismos aunque ni ellos mismos se creen…
– Ya lo dijo… No sé si lo dijo el gran Einstein o si lo dijo el loco Freddy; pero el caso es que alguien lo dijo: “No podemos esperar resultados diferentes si seguimos haciendo las mismas cosas”.
– Pero dicen que el tema ya está en una Mesa Interministerial.
– Bueno, pero ojalá esa mesa no sea como la de Donald Trump, que siempre dice que todas las opciones están sobre la mesa pero hasta ahora no da con ninguna.
– Pero dicen que la vocera ya no es la gober, porque ya le lanzó la pelotita al intendente y ahora la pelotita la agarró la mesa interministerial… ¡Y el vocero dizque es el subsecretario de tierras!
– Eso está muy bien; porque la señora gobernadora como que no ha tenido muy buena leche que digamos.
– Bueno, ojalá ese subsecretario sí tenga buena leche para este asunto.
– Sí; pero ojalá que no sea leche condensada, porque esa leche es muy empalagosa y después se empalagan con los dirigentes y no llegan a ninguna solución.
– Chuta, esto está cada vez más lejos de tener una solución definitiva, y peor ahora que los asentados andan que se pelean entre ellos; o sea que no están tan unidos como decían… ¡Y hasta dialogan por separado! ¡Cada quien por su lado!
– Pues sucede igual que con la leche; se separa la nata del líquido y con eso la nata se la vende a los golosoa y el resto se la vende a las personas que cuidan la línea. Es decir, se convierten en dos cosas diferentes, con distintos objetivos.
– ¡Peor así! ¡Qué solución van a encontrar si están yendo por caminos diferentes!
– Tiene usted toda la boca llena de razón compadre; de esta manera solo se puede llegar a situaciones peligrosas, a la violencia. Esperemos que no se llegue a tales extremos.
– Sí compadre, esperemos, esperemos; aunque ya estamos cansados de esperar que esto se solucione.
– Bueno, compadre. Pero no esperemos así nomás; así que ¿qué le parece si vamos a esperar con un volquetero?
– Pues, quién dijo miedo… ¡Vamos compadre!