El silencio de la noche del domingo 13 de octubre, de pronto se vio interrumpido por un sonido poco usual, era el sonar de las cacerolas que poco a poco se iba intensificando en el centro de Puyo, en el sector de la plaza Álvaro Valladares, más conocida como Plaza Roja.
Era como a eso de las 19:00 y mientras en los bajos de la Gobernación de Pastaza, se mantenía activo el grupo de los manifestantes la mayoría de las nacionalidades, al otro lado, otro grupo de ciudadanos se iba concentrando, en este caso de gente de la ciudad de Puyo.
Eran niños, jóvenes, adultos y familias enteras que respondiendo a la convocatoria, querían también hacer sentir su voz de protesta y sumarse a los reclamos del sector indígena, en contra de las medidas económicas implantadas por el gobierno de Lenin Moreno.
Así entonces, cuando el grupo fue significativo, iniciaron una marcha al son de las cacerolas, siguiendo la calle Cesalao Marín hasta la “Y” luego por la calle Atahualpa hasta llegar al lugar de concentración de las nacionalidades. Las consignas eran de suponerse: todos en contra del gobierno y abajo el decreto 883, entre otras cosas, aunque también pedían la salida de la gobernadora Carolina Valdiviezo.
Luego de ello, subieron por la calle Diez de Agosto hasta el parque Doce de Mayo, para nuevamente retornar a los bajos de la Gobernación, muchas familias trajeron ropa y comida para compartir con los manifestantes.
Luego de un rato de bulla y consignas, retornaron a sus hogares para ser testigos del desenlace del diálogo nacional, entre las autoridades del Gobierno y representantes del sector indígena, en pos de alcanzar un acuerdo.