Los primeros casos reportados de Covid 19, enfermedad que azotó al mundo, aparecieron el mes de diciembre del año 2019 en China, el 11 de febrero de 2020 le dieron oficialmente su nombre y el 29 de febrero de ese mismo año, se reportó el primer caso en Ecuador, despertando las alarmas en todas las casas de salud del país.
Cuando la noticia llegó al Hospital General Puyo, la primera dificultad presentada fue designar al personal para trabajar en el área de atención de la enfermedad (línea cero), siendo la primera voluntaria en enlistarse, la auxiliar de enfermería Aracelly Pérez, que, en el set de entrevistas de El Observador, nos contó lo que recuerda sobre aquellos difíciles meses.
Cuando recién se supo de la noticia en lo internacional, todos pensamos que el virus no llegaría al Ecuador, pero en cuestión de días la situación cambió de manera rápida y extrema.
Particularmente, Aracelly se encontraba de vacaciones cuando le llamaron de manera emergente, nadie quería trabajar en línea cero, por el temor de contagiarse con la desconocida enfermedad, pero sin pensarlo mucho decidió tomar el reto, sin imaginarse la magnitud de lo que venía.
Los días más duros de la pandemia fueron como si se tratara de una película apocalíptica para los trabajadores de la salud. Al extremo de comer solo una vez al día, o aguantarse al máximo las ganas de ir al baño, entre muchas otras circunstancias que solo conoce aquel que lo vivió, ya que el hecho de colocarse la indumentaria de protección de manera prolija “era todo un trámite”.
La organización en el hogar no quedó fuera de afectación ya que debía proteger a su familia, en casa, por lo que se adaptó una habitación para que esté aislada. Al llegar todos los días, debía desvestirse y bañarse afuera para ingresar. Quería que la emergencia concluya, pero los días, se extendieron a semanas y meses que parecían eternos.
Hasta que llegó el día que se contagio del virus, pese a que jamás descuido todas las medidas de bio seguridad en el trabajo, por lo que piensa que lo más probable es que se contagió afuera del hospital. Sintió cansancio y síntomas de bronquitis, pero la confirmación llegó tras la realización del examen respectivo. Sus pulmones fueron notablemente afectados como se pudo visualizar mediante radiografía.
Con frustración señala, que, pese a los esfuerzos y sacrificios, el personal que laboró en línea cero, fueron los menos reconocidos. El personal contratado no recibió nombramientos, incentivos económicos u otros beneficios, en fin.
La vida y el trabajo continúa, superando las dificultades que se hallan en el camino. Para cuidar de nuestra salud, resalta la importancia de llevar siempre una alimentación saludable y hacer algún tipo de actividad deportiva. Además de aplicar de manera permanente las normas de limpieza y aseo personal, sobretodo, el lavado de manos.
Para finalizar, hay que recalcar que no se puede decir que la enfermedad está superada, pero el nivel de contagios y sobre todo, de mortandad ha disminuido notablemente.