En el Ecuador somos diferentes y diversos, precisamente, esa es la riqueza del país, apuntó el antropólogo Carlos Duche en entrevista para El Observador, con quien, además, reflexionamos acerca de varios aspectos de coyuntura nacional.
Explicó que en la historia del Ecuador, las nacionalidades han sido invisibilizadas, empezando en 1960, cuando se declaró a la Amazonía como tierras baldías, desconociendo a los habitantes desde hace miles de años. Más adelante, con la Ley de Reforma Agraria, buena parte de las tierras fueron entregadas a los colonos. Luego en la década de los 90, se protagonizó una marcha histórica para la titulación de sus territorios, la misma, tuvo favorable atención del entonces presidente Rodrigo Borja Cevallos. Es así que 1 millón 100 mil hectáreas, fueron escrituradas a favor de las nacionalidades ancestrales.
Del mismo modo, los territorios cerca de la Catedral de Puyo, se consiguieron, convenciendo de diferentes formas a la gente de las nacionalidades, que se fueron desplazando. Viendo esa realidad, es que se conforma la Comuna San Jacinto del Pindo. Las conquistas de los pueblos han sido a través de los paros y han participado en el marco de grandes luchas como en el feriado bancario que derrocó al presidente Jamil Mahuad, responsable del decreto. Además de otras causas justas.
A nivel nacional y provincial, no se está aplicando enfoques interculturales. Por ejemplo, cuando se hace una carretera y se encuentra un montículo que puede ser una tola, en cuyo interior podría contener algún legado arqueológico, se la destruye, sin ninguna consideración. Todos los proyectos deben recoger el pensamiento ancestral para un trabajo mancomunado.
Lamentó que nuestra sociedad esté en una condición decadente, al haber caído en el mal del narcotráfico, situación que nunca imaginamos que iba a compenetrarse en nuestro país, pero ahora es una difícil realidad que tomará muchos tiempo y decisión para salir.
OPINION SOBRE LA PARALIZACIÓN
Es el resultado de que no hubo un diálogo previo con la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), a diferencia del sector de la transportación, con el que si hubo un diálogo y pacto.
Entonces desde ahí hay una negación hacia las nacionalidades y, por el contrario, el gobierno está sembrando una cultura del miedo a la protesta social, empezando por el hecho de etiquetar de terroristas a las personas que salen a las manifestaciones, copiando la receta que realizó en su momento el ex presidente Rafael Correa.
Aunque no se podría descartar la posibilidad de que, con la justificación de la lucha social, haya la acción mal intencionada de crear caos para favorecer el paso de narcóticos por las fronteras que se descuidan por el despliegue militar hacia los sitios de la paralización. Del mismo modo, no se podría justificar acciones tales como agredir a un comando policial y que se haya intentado atacar a un helicóptero. También se debería investigar el origen de los fondos para financiar las movilizaciones.
En el caos perdemos todos, por ende, lo más deseable es que haya una figura que promueva una mediación que en este caso, podría ser la conferencia episcopal ecuatoriana.