Inicio Entrevistas Cuarenta y dos años de profesora, un abanico de experiencias

Cuarenta y dos años de profesora, un abanico de experiencias

por Andres Ortega

Oriunda de Baños de Agua Santa, la trayectoria de nuestra invitada empieza como profesora primaria en el caserío Guadalupe del cantón Pelileo. Fue un trabajo completo ya que por las mañanas era profesora primaria de los niños y en la noche también impartía clases de alfabetización a adultos.

Con Victoria Cecilia Jácome López, nos trasladamos a otra época del tiempo, en la que había mayores limitaciones que hoy en día, la escuelita pese a que era particular, tenía el piso de tierra, sin vidrios en las ventanas y un techo sin tumbado. Dos bloques (literalmente) unidos con una tabla eran el asiento donde los chicos recibían clases.

Una de sus anécdotas es que cierto día escuchó unos ruidos en el aula y pensó que se trataba de ladrones, cuando a la hora de la verdad, resulta que era un burrito que había entrado y no encontraba la salida. Así fueron sus inicios como profesora. En ese período, la escuelita se transformó de particular a fiscal (hoy se llama Lago Agrio).

Pasados tres años, su camino se abrió a la ciudad de Ambato a la escuela Eduardo Mera, donde también aportó en la educación de los niños quedándose incluso horas extra con los que necesitaban refuerzo por lo que se ganó el aprecio y no querían que se marche, pero lamentable o afortunadamente, un amor hizo que se traslade al oriente ecuatoriano, pero siguió de profesora (escuela 12 de Octubre de Shell en aquel entonces).

Nos cuenta que por un hermano que vivía en Shell siempre venía y pasaba buenos momentos con la gallada, pero como si tratara de un capítulo de novela, debido a un percance en el automóvil, conoció al que más adelante sería su esposo por casi 50 años. Fue una mirada que duró fracciones de segundo, pero con el suficiente encanto que se le puede atribuir a la flecha de cupido, para que sus corazones se hayan unido. Tan solo nueve meses después de conocerse decidieron unir sus vidas y siguieron juntos hasta que la muerte los separó. Así ocurrió. El esposo de doña Cecilia, resultó ser una de las primeras víctimas del Covid-19, enfermedad que azotó al mundo.

Dentro de las acciones emprendidas, fue parte del comité que buscaba la cantonización de Shell en calidad de secretaria. Según ella y muchas personas que apoyaron la causa hay suficientes méritos para que la parroquia se transforme en cantón. En el gobierno del ex presidente Lucio Gutiérrez se hicieron los trámites y estuvieron a punto de lograr el objetivo, pero lo defenestraron y desde entonces ha habido otros intentos que no tuvieron éxito.

Doña Ceci, como le decimos cariñosamente recuerda que años atrás los niños estudiantes, ayudaban a vender el periódico El Observador y de las utilidades financiaban sus paseos de fin de año. Son tiempos inolvidables que difícilmente volverán debido a la irrupción del internet y las redes sociales.

En su mensaje final, pidió a todos que seamos respetuosos, considerados y colaboradores. Se puso a las órdenes para cualquier persona que la requiera estará siempre presta para servir en lo que sea posible.

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