Hija de padre militar, nació en el Hospital de esa institución en la ciudad de Quito, pero salvo por pocos períodos que debió ausentarse por motivos de estudio, todo el resto de su vida residió en Puyo. En esta ciudad, se casó, se divorció y dio a luz a sus hijas. Su trayectoria es amplia como registradora de la propiedad por 24 años, pero antes fue intendenta de Policía y además, tiene el honor de haber sido electa como asambleísta constituyente en el año de 1998.
Nuestra invitada al segmento El Personaje de la Semana, cuenta que siendo señorita tuvo la intención de estudiar periodismo, pero lamentablemente justo el año que se graduó, suspendieron la carrera en la Universidad Central del Ecuador, recuerda la sorpresa que tuvo al leer el cartel que notificaba aquello. Esa situación sumada a la motivación de su padre, hizo que siga jurisprudencia. Tuvo la oportunidad de involucrarse en los medios de comunicación en programas de radio, articulista de opinión y su afición por la escritura le motivó a incursionar al mundo de la poesía y del arte, que también la ha llevado siempre en sí. Siendo niña participó en obras de teatro y actualmente es parte de la Casa de la Cultura Núcleo de Pastaza, lugar en el que desde hace cinco años ha venido participando en varias obras.
Se siente satisfecha por la acogida de los últimos años, ya que al principio iban pocas personas, pero hoy es un lleno casi total. Anota que para las personas de la tercera edad es muy provechoso incursionar en el mundo del arte porque les motiva a sentirse útiles, alegres y vivos.
Su incursión en la política se debió a su alineación hacia la defensa de los derechos de las mujeres, causa en la que se mantiene. Su participación fue de manera independiente, no militó en ningún partido político, fue más bien un grupo ciudadano el que motivó su candidatura. El voto femenino le ayudó y es la primera mujer en haber ocupado la dignidad más alta en Pastaza favorecida por el voto popular (asambleísta constituyente).
Fue su única participación. Debido al amplio apoyo popular ha recibido múltiples invitaciones en el transcurrir de los años para que vuelva a la palestra, sin embargo, prefirió no descuidar su puesto de trabajo que requería toda su atención. Una decisión un tanto lamentable debido a que el gusanito de la política le decía otra cosa.
Llegó el tiempo de retirarse y lo hizo con satisfacción debido a que sintió que era el momento de dedicarlo a sus hijas y compensarles los largos años de ausencia en el hogar. De hecho, una de ellas ya vive fuera de la ciudad, por lo que no pudo disfrutar de su compañía al cien por ciento, por mucho tiempo.
En su mensaje final, pide a los lectores de El Observador que siempre busquemos aportar en el desarrollo de la provincia desde el rincón en el que nos encontremos, porque eso es lo que se necesita en los actuales tiempos.