Invitamos al set de entrevistas de El Observador a la abogada en derecho Gabriela Erazo, para que nos explicara el tema tan trillado durante esta semana de la llamada “Muerte cruzada” y nos termina dando este consejo, que para la creación de una nueva clase de políticos es fundamental la educación en los valores de la honestidad, la honradez y la transparencia.
Para hablar de la “Muerte Cruzada” inicia desde la génesis misma de la ley, con el artículo 148 incorporado en la Constitución de la República del 2008 en la presidencia del gobierno de Rafael Correa.
Es la potestad que se le otorga tanto al Presidente de la República como a la Asamblea Nacional de disolverse mutuamente en los tres primeros años de gobierno y convocar a elecciones anticipadas. Esta facultad se aplica en tres situaciones específicas: Por arrogación de funciones, por grave crisis política y conmoción interna y por oponerse al Plan de Desarrollo Nacional.
Por lo tanto, lo que hizo el presidente Guillermo Lasso, la mañana del 17 de mayo, con el decreto 741, es totalmente legal y constitucional, enmarcado en el derecho que la ley le asiste, a su criterio bajo la figura de grave crisis política y conmoción interna.
Ahora, lo que queda por delante es lo más importante, se vienen nuevas elecciones y mientras tanto el Presidente podrá gobernar el país por un periodo de seis meses y emitir decretos-ley con autorización de la Corte Constitucional.
En este sentido, el CNE ya ha convocado a nuevas elecciones para el periodo 2023 y ha puesto a andar la maquinaria electoral para la calificación de nuevos candidatos tanto para presidente y vicepresidente de la república como también para la asamblea nacional. Quienes salgan electos será solo para completar el periodo de administración que falta hasta el 2025.
Ahora los ecuatorianos tenemos la oportunidad de elegir y elegir bien a quienes nos gobiernen y nos representen en la Asamblea Nacional, está demostrado que quienes más incurren en actos de corrupción son los que aparentemente están más preparados académicamente; por lo que, el tener un título o ser un profesional no es la garantía de que va a ser un buen gobernante o político.
De allí que concluye la doctora Erazo, en que solo la educación en valores es el camino que nos llevará a la formación de una nueva clase de políticos que lleguen al poder con el solo deseo de servir y no a servirse.