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La mujer sin pelo no llora por la tri

por Andres Ortega

– “¡Oh, oh, oh, oh, oh, Ecuador siempre primeroooo…!”

– ¡Que’e pues, compadre Indiscreto! ¡¿Todavía sigue con eso?! Si ya nos eliminaron, ya quedamos fuera del Mundial.

– ¡Qué pasó, compadrito Ulbio! ¡Nada de eso! Solo hemos perdido un partido de fútbol, nada más. Pero aún tenemos muchas batallas que enfrentar para sacar a nuestro país adelante. Así que por ningún motivo tenemos que quitqrnos la camiseta de Ecuador.

– ¿O sea que tnemos que seguir utilizando la camiseta amarilla para siempre? ¡Eso puede resultar antihigiénico!

– Bueno, la camiseta física no es necesario traerla puesta siempre; pero la camiseta del alma no nos la debemos quitar nunca. ¡Hay un país que salvar!

– ¡¿De qué pues?!

– Del atraco, del abandono, de la corrupción, de la inseguridad, de la pobreza, del subdesarrollo. Hay muchas cosas de las que tenemos que salvar a nuestro querido país.

– Bueno pues, pero de esas cosas tienen que encargarse los políticos.

– Ja, ja; no me haga reír… ¡Sí los políticos mismos son el problema! ¡¿Cómo pueden ellos ser la solución?!

– Y, entonces… ¡¿Cuándo vamos a cambiar todo eso?!

– Cuando nosotros, los ciudadanos, dejemos de pensar solo en el fútbol y nos preocupemos más de nuestra realidad social, cuando nos empoderemos de la política y no dejemos todo en las manos de intermediarios codiciosos.

– ¡Uta! ¡Pero eso es soñar, compadre! ¡¿Cuándo nuestra gente va a reaccionar así?

– No sea, compadre, la gente siempre tiene iniciativas. ¿No ve lo que está haciendo la fundación “Pastaza Unida y Solidaria”?

– ¿Qué está haciendo esa fundación?

– Está organizando una mega venta de garaje por Navidad. Así que todas las camisetas de la tri pueden ser donadas para este noble propósito.

– ¡¿No está diciendo que no nos quitemos la camiseta?!

– La camiseta del alma, compadre; la física ya podemos quitárnosla nomás. Además, como un consuelo a la eliminación del mundial, tenemos la satisfacción de que nuestro Patronato Provincial ha obtenido un premio a nivel nacional.

– ¡¿En serio?! ¡¿Nuestro Patronato tiene equipo de fútbol?!

– ¡Ya le estoy diciendo que no todo es fútbol! El premio es por su labor social con las llamadas “Brigadas Médicas Fluviales”.

– ¡Qué buena cosa, compadre! Que ese galardón que trae la presidenta del Patronato sirva como premio consuelo para los que se quedaron llorando por la tri.

– Así es, compadre; no debemos dejarnos consumir por un evento, que, a pesar de su importancia por ser mundial, al final es solo un juego, y en el juego se gana o se pierde. Pero en la vida debemos ser resilentes como aquella sabia mujer…

– ¿Cuál mujer?

– Pues, había una mujer muy sabia que se despertó una mañana, se miró al espejo, y notó que tenía solamente tres cabellos en su cabeza.

– ¡Uy! ¡¿Solo tres pelos?! Sí yo siendo hombre me hubiera espantado.

– Tranquilo, compadre que ya va en ese camino. Pero ella no, ella pensó: “Hmmm… Creo que hoy me voy a hacer una trensa”. Así lo hizo y pasó un día maravilloso.

– ¡¿Una trensa de tres pelos?! Jajaja, debió haber sido chistoso verla.

– Bueno, el siguiente día se despertó, se miró al espejo y vio que tenía solamente dos cabellos en su cabeza. “Hmmm…” dijo, “creo que hoy me peinaré de raya en medio”. Así lo hizo y pasó un día grandioso.

– Jajaja, un pelo para un lado y el otro para el otro lado y ya está, peinada al medio.

– El siguiente día, cuando despertó, se miró al espejo y…

– ¡Ya sé, ya sé! Tenía un solo pelo, jajaja, qué podría hacer con él.

– Exactamente, al verso con un solo pelo se dijo: “Ahora me haré una colita de caballo”. Así lo hizo, y tuvo un día muy, muy divertido.

– Y seguramente al día siguiente se levantó y vio que ya no tenía ni un pelo. ¡Y ahí sí! ¡¿Qué va a hacer?! Jajaja.

– Pues cuando notó que ya no le quedaba un solo cabello en la cabeza exclamó: “¡Qué bien! ¡Hoy no me tendré que peinar! Así es, compadre; nuestra actitud hacia las vicisitudes del destino lo es todo en la vida.

– Tiene toda la boca llena de razón, compadre; debemos alegrarnos cada mañana, reírnos de nosotros mismos, aceptarnos, ser bondadosos y amables con los demás.

– ¡Claro, compadre! Solo así estaremos listos para enfrentarnos al verdadero mundial…

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