El recorrido de nuestro invitado es amplio e interesante, nació en el Austro (Gualaceo) pero por motivos de trabajo residió por varios años en la Costa ecuatoriana (provincia de El Oro). Mas adelante lo trasladaron al Oriente Ecuatoriano.
Don Alejandro Cajas, nuestro invitado de la semana, siente que la vida le sonrío ya que tuvo un empleo con un buen salario donde le daban un muy buen trato. Su actividad profesional lo brindó en el entonces Servicio Nacional de Erradicación de la Malaria. En esos años hubo muchas muertes por paludismo, por lo que el gobierno (León Febres Cordero) tomó acciones al respecto con un grupo selecto de expertos.
Debido a la falta de hoteles en Shell, vino a Puyo (en 1962) a hospedarse en la Hostería Turingia y se trasladaba frecuentemente a la ciudad de Macas.
Es un hombre diferente a los de la mayoría de su época. No consumía licor y contrajo nupcias a los 35 años. Cuando llegó el amor fue a primera vista, se demoró en encontrarla, pero apenas la vio supo que era la indicada y que estarían juntos hasta que la muerte los separe.
También trabajó en la provincia de Napo, pero eran otros tiempos. Aún recuerda que en la zona del río, habitaban los temibles waorani y no era extraño que protagonicen actos agresivos a los ciudadanos colonos.
Lo que corresponde a la ciudad de Puyo recuerda claramente que eran contadas tres cuadras las del movimiento económico y comercial.
Cuenta que su salario no lo gastaba, sino, solo una tercera parte. El resto lo entregaba a un hermano que lo guardaba y logró juntar una cantidad significativa que más adelante le sirvió para sus inversiones.
Tuvo la inquietud de empezar un negocio y alquiló unos locales comerciales, cuando llegó la oportunidad y validos de unas amistades, adquirió una propiedad a la que bautizó como residencial Cuenca, para el efecto, hizo los arreglos y adecuaciones correspondientes.
Gracias al buen trato de don Alejandro, que se caracterizaba por ser buen conversador, la residencial tuvo un gran éxito, prácticamente no tenía competencia, por lo que el negocio fue creciendo y se hizo cargo de otra propiedad que pasó a su administración, fue el Hotel Europa y más adelante tomó a su cargo el edificio que pasó hacer el Hotel Dorado. También fue el pionero del “restaurante El Mesón Europeo”.
Esa fue su trayectoria en la actividad hotelera. Puyo comenzó a crecer y lo ha hecho de una manera que antes nadie se imaginaba.
Tuvo la oportunidad de cumplir las funciones de concejal, con verdadera mística y entrega. “No había este virus político de la corrupción”, no tenían remuneración ni reconocimiento económico, sin embargo, hacían una buena gestión. “Hoy todo mundo ambiciona como si fuera una feria oportuna para ver quien se saca la lotería”, anota.
Entre sus anécdotas, la madre del popular artista Byron Caicedo, fue su empleada durante 16 años y conoció al cantante desde su niñez, sin imaginarse que cosecharía el éxito y la fama.
A sus 93 años, don Alejandro goza de una muy buena salud y una lucidez envidiable. Mantiene el sabor por la vida. La buena alimentación natural en su juventud, libres de abonos químicos, definitivamente es el secreto de la salud.
Tiene la dicha de haber sobrevivido a muchos de sus contemporáneos, pero al mismo tiempo la desdicha de ver partir a tantos amigos y gente a la que apreciaba. En su mensaje para la juventud les recomendó que aprovechen el tiempo y conserven el cariño a su tierra para que sea una de las ciudades principales de la región Amazónica.