Con varios libros a su haber es un consagrado escritor, tiene valiosas vivencias dignas de ser conocidas por las nuevas generaciones. Quienes deseen adquirir sus escritos pueden solicitarlo directamente en su domicilio ubicado en la esquina contraria del SRI, frente a la Plaza Roja.
Es oriundo de Riobamba, pero creció en la ciudad de Quito donde hizo sus estudios primarios y secundarios. En 1955 ingresó al Ministerio de Defensa a hacer prácticas y gracias a los conocimientos tecnológicos adquiridos para la transmisión de mensajes mediante el sistema morse, le dieron un puesto de trabajo con apenas de 18 años.
Luego de haber recorrido varias ciudades del país vino a la entonces provincia de Napo – Pastaza en el año de 1957, por motivo del pase directo que recibió de la segunda zona militar de Guayaquil al entonces Batallón de Selva N.11 Quito (Shell)
Durante la entrevista muestra una hoja con apuntes con detalles destacables de la historia de Pastaza, que lo ha venido recogiendo a lo largo de los años.
Así nos cuenta que antes de 1957 aún no existía el túnel del sector de Agoyán, por lo que las provincias amazónicas vivían prácticamente incomunicadas con escasa población y actividades comerciales. Funcionaba la empresa TAO que significa Transporte Aéreo Oriental. Era muy útil para el traslado hacia las ciudades de Tena y Macas. En ese año, la ciudad de Puyo, apenas tenía alrededor de 3 mil habitantes, que se dedicaban a la siembra y cultivo de productos tales como la naranjilla, plátano y caña de azúcar a baja escala.
Para ese número de población, en el área de salud pública, apenas había un enfermero de nombre Gilberto Díaz, pero que hacía de todo, médico, ginecólogo, odontólogo, dermatólogo. Poseía un talento impresionante ya que lo recuerda como experto para el tratamiento de todo mal.
En 1960 apareció la primera radioemisora propiedad del Sr Julio Hernández llamada radio Espejo en amplitud modulada.
Recuerda con tristeza que el Ecuador perdió buena parte de territorio durante los conflictos bélicos con el Perú, aunque reconoce que de parte del Estado el descuido era total hacia la población de la zona oriental. Manifiesta que móvil de la guerra era apoderarse de la riqueza del Ecuador, pero no por el petróleo, sino, por el caucho.
Gracias a su injerencia en el ejército tuvo la oportunidad de recorrer y convivir con varios habitantes que eran descendientes de los pueblos originarios en los límites del Ecuador-Perú. Ahí tuvo la gran oportunidad de conocer maravillosas historias, todo lo que está recogido en el libro “Cuentos y Leyendas Amazónicas”, magnifica obra, adornada con los dibujos de otro gran personaje como es la artista Estelita Vallejo, pero tiene muchos escritos más a su haber.
Como parte de sus vivencias, recuerda que en las riveras del río Napo se producía gran cantidad de arroz, en la apiladora de propiedad del Sr Crespo – Pando, de nacionalidad española. Luego, con el surgimiento de la era petrolera, se terminó con ese tipo de cultivo.
El tiempo de una hora de entrevista, quedó corto para todo lo que don José Alonso Flores tenía para contarnos. Pero fue suficiente para imbuirnos en una parte parte de la historia del Puyo antiguo. Hizo un llamado a las jóvenes generaciones para que se interesen e investiguen, que vivan en la modernidad pero que también aprendan del pasado. “Los pueblos que no escriben, están condenados a perderse en el mar de la historia”, sentenció.
#Aprendiendohistoria de quienes vivieron la historia