Nació en una parroquia rural y agrícola, Augusto N. Martínez, donde vio la luz primera. Estudió hasta la secundaria en el tradicional Colegio Bolívar de Ambato.
Vino al Puyo en el año de 1958, su padre adquirió una propiedad en la parroquia Diez de Agosto que lo destinó para actividades relacionadas a agricultura y ganadería donde trabajó muy duro, pero con alegría porque resultaba buenas utilidades. Recuerda una frase que su padre le hacía pronunciar despacito: ga-na-do. Admite que en la actualidad es otra cosa, porque los costos son distintos y sobretodo existen bandidos que están pendientes para beneficiarse de lo ajeno, todo lo que ha complicado la actividad.
Las labores del campo requieren disciplina y esfuerzo. A las 4 de la mañana hay que madrugar al primer ordeño y el sacrificio de años pasa factura. Sus dos hijos le han ayudado, pero tienen sus profesiones por las que han optado libremente pero no se hicieron cargo de continuar con la actividad, como él lo hizo, con las propiedades de su padre. Tuvo éxito, una finca ubicada en el sector Andrés de la provincia de Tungurahua llegó a producir 1200 litros diarios de leche, pero decidió dar un paso al costado, ya era tiempo de descansar un poco.
Su padre, Bernardo Garcés Abril, fue un hombre ilustre de Puyo ya que fue alcalde (año 1972). En esa administración, ocurrió la visita del entonces presidente Velasco Ibarra a la inauguración de una obra. Nos cuenta que tuvo el agrado de estar presente en un recorrido y luego compartir un almuerzo en el Hotel Turismo bajo la administración de Jesús Escobar “lugar donde había una rockola donde se ponía un sucre por tres canciones y se comía delicioso”.
A Velasco Ibarra lo recuerda como un hombre profundamente serio, firme en sus expresiones, nunca lo vio sonreír. Vestía formalmente con su sombrero de copa. Pocos meses después fue derrocado por el triunvirato militar encabezado por Guillermo Rodríguez Lara que permitió que el alcalde de Puyo continué en funciones, cosa que no ocurrió en otros lugares del país, donde nombraron a otros jefes civiles y militares, en reemplazo de las autoridades que venían cumpliendo funciones.
Su hermano el Dr. José Garcés fue prefecto provincial, de él recuerda que puso especial empeño en el mejoramiento vial, que era una necesidad imperante. Don Bolívar habla con propiedad ya que vivió lo que es caminar arriando hasta 20 cabezas de ganado encima de palos y lodo “1 metro de carretera era una delicia” manifiesta con voz de alivio.
En reiteradas ocasiones, varias agrupaciones políticas le han buscado para que sea candidato, pero firme en sus convicciones reconoce que pertenece ideológicamente al partido Izquierda Democrática por lo que no se sentiría bien participando por otra tienda política y ahora menos ya que ha cumplido su tiempo de servicio, prefiere únicamente dedicarse a lo suyo.
Hoy con una vida más tranquila, sus esfuerzos están dirigidos a la construcción de un proyecto que parte de su visión ambientalista. Es su gran sueño turístico que llevará el nombre de: El lago de Bolívar que contará con una agradable infraestructura y aguas limpias para disfrutar, a diferencia de los diques que la mayoría están contaminados. Aprovechó para hacer el llamado correspondiente a las autoridades para que realicen el debido tratamiento a las aguas servidas, ya que el turismo viene a la Amazonía buscando agua.
Junto a otros ciudadanos de Shell se encuentran gestionando para que la parroquia, se convierta en cantón, es una aspiración colectiva que se mantiene apoyando desde hace varios años y espera que se cristalice en un futuro no tan lejano.