Nació en Shell en 1958. Su camino se lo abrió al andar. Pese a que no tuvo los recursos para estudiar la universidad como era su deseo, aprendió el arte de la guitarra, el canto y hasta la ciencia de la topografía de manera profesional, todo aquello le ha dado para vivir.
Jorge Ilbay Escobar, tiene una hoja de vida polifacética, ha participado en el ámbito, político, religioso, deportivo, emprendimiento, labor social y más.
De su madre heredó su afición a la música, la misma le ha dado mucho, le ayudó a conquistar a su esposa, a la que ha sido fiel toda la vida y con la que ha procreado tres hijos. Desde la infancia también se sintió inclinado a las actividades de la iglesia católica, allí aprendió a ser empático y bondadoso.
Su trayectoria le ha permitido ser una persona reconocida, es así que le invitaron a ser candidato a la concejalía y triunfó. El cargo lo desempeñó como debe ser, aunque esto haya implicado ser muchas de las veces incómodo para el poder, él tenía su pensamiento crítico y no se dejaba manipular. No es secreto para nadie que la corrupción pulula en las instituciones públicas y recuerda que le ofrecieron una buena cantidad de dinero, por el simple hecho de levantar la mano para aprobar una ordenanza (de la que se beneficiaba alguien) pero él se mantuvo firme en su convicción de servicio, sin afán de lucro y por el bien de la ciudad. Jamás ha necesitado actuar de manera anti-ética para tener recursos, estos han venido por añadidura, no tiene grandezas, pero tampoco siente que le falta nada que sea indispensable para vivir con decencia y dignidad.
Prácticamente de manera silenciosa, mantiene un grupo de voluntarios con los que cada lunes visitan a los adultos mayores que sufren de soledad y necesitan ayuda, ellos se sienten enormemente agradecidos al recibir una sonrisa y una dosis de alegría.
Jorge Ilbay, tuvo una segunda ocasión en la que participó como candidato, pero lamentablemente, las cosas cambiaron y la gente, se acostumbró a un estilo de política – clientelar, en el que no solo prevalecen, sino que es una exigencia las dádivas, lo que hace de la actividad, prácticamente un negocio, en el que hay que invertir ingentes cantidades de recursos si su deseo es llegar.
En el marco del diálogo, destaca la importancia del núcleo familiar como la célula de la sociedad, donde debe haber la debida orientación a las nuevas generaciones, que, de no existir hogares debidamente estructurados, ocurre lo que estamos viendo, es decir, chicos que salen a la calle, primero a vagar y luego a delinquir.
Al momento, “el compadrito” (seudónimo que él acepta) se está recuperando de una enfermedad que afectó su salud, por lo que deseamos un restablecimiento total para que nos siga deleitando con su música, su aporte social y sus palabras de guía. Recomienda que busquemos a Dios, ya que él siempre nos llevará a encontrar caminos mejores.