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PERSONAJE DE LA SEMANA: La increíble historia de Luz María Yépez

por Andres Ortega

Impresionante la historia de vida de nuestra invitada al segmento del personaje de la semana, quien es conocida por muchas generaciones que pasaron por las aulas de las escuelitas Andoas (7 años) y Vacas Galindo (22años).

Doña Luz María Yépez, nació en San José de Minas (al norte de Quito) el fallecimiento prematuro de su padre fue el prólogo de su trajinar por la vida cual efecto mariposa. Cuenta que su madre se hizo de un nuevo compromiso y este hombre la trataba mal, por lo que decidió irse de la casa y no regresar nunca más, siendo aún una niña menor de 10 años.

Se refugió por unos días con una señora amiga de la familia y luego salió a trabajar en un restaurante de Quito hasta los 17 años. Todo marchaba bien hasta cuando por causa de un accidente que motivó un severo llamado de atención de la propietaria del negocio volvió a marcharse. Siempre fue una persona decidida y de carácter.

Hasta ese entonces no tuvo la oportunidad de educarse formalmente, los estudios primarios los realizó muchos años después en la sección nocturna.

Retomando su historia, una vez que salió del restaurante, corrió con la suerte de que se presentó una oferta laboral en Salcedo para el cuidado a una adulta mayor. No pasó mucho tiempo cuando sin comentarle de que se trataba, le llevaron al Registro Civil y acudió con lo que tenía puesto, cuando para su sorpresa, estaba todo arreglado para que se case con el hijo de la señora que cuidaba. No fue una grata experiencia, recuerda que lloraba mucho, carecía de familia, así era de dura la vida en aquellos tiempos.

Pasó el tiempo, se acopló a su esposo que trabajó en el municipio por unos años, luego se quedó sin empleo, por lo que a través de conversaciones de los conocidos le recomendaron trasladarse a Puyo porque era una ciudad naciente con buenas oportunidades para los emprendimientos. Inicialmente, su marido no quiso venir, pero finalmente se trasladaron (1961).

Vivió en el barrio México frente a la escuela Andoas (antigua ubicación), luego que construyeron el establecimiento donde se encuentra actualmente, le invitaron a que venga a vivir y cuidar el establecimiento debido a las buenas recomendaciones y su afinidad con las niñas, hasta el punto de que muchas estudiantes la consideraban una segunda mamá. Por esas mismas buenas recomendaciones pidieron su traslado a la escuela Vacas Galindo y más adelante a la escuela Primero Mayo.

Nos cuenta como en aquel entonces elaboraba su propia machica y el proceso para llegar al resultado final, un alimento nutritivo, sano de buen sabor y olor.

A sus años sigue con su espíritu emprendedor y prepara las ricas humas todos los días jueves con los secretos que le otorga la experiencia. Todos están invitados a hacerle el gasto y servirse.

A los jóvenes les recomendó que conserven el valor de la honestidad, la bondad y la puntualidad, que brillen con la frente en alto, ya que eso es lo que necesita el país para avanzar en su desarrollo.

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