Lo ideal es que los niños y niñas crezcan en un hogar constituido por un padre y una madre, pero lamentablemente en los tiempos actuales, aquello no ocurre.
El rol de los padres y madres de los estudiantes inicia desde el primer día en que los chicos van a la educación inicial. Este es un acontecimiento que puede constituirse en un momento de angustia tanto para la madre como para el pequeño que, por primera vez, se desprende del calor del hogar.
La intervención constante de los padres en la educación es fundamental, junto a la sicóloga educativa Sonia Becerra, en la siguiente nota analizamos el tema y ofrecemos algunas recomendaciones.
En este caso, lo adecuado es que el uno de los responsables del niño (a), haga un primer acercamiento a la institución educativa e indicarle previamente, a donde va a ir, en que horario, la ubicación de los baños, entre otros detalles. Otro asunto, es motivarle al aprendizaje, en lugar de crearle miedos.
Hay que evitar la sobreprotección y enseñarles a los chicos el valor de la responsabilidad, otorgándole la debida autoridad que tiene el maestro, ya que se ha visto muchos casos de padres que interfieren en el normal desarrollo de los niños, interviniendo para resolver hasta el mínimo de sus problemas cotidianos y es menester remarcar que el exceso de consentimiento es dañino.
Por ejemplo, no puede ser posible, que si no cumple con sus tareas el padre acuda a hablar con el docente a favor del estudiante, ya que eso le mal acostumbra a resolver su irresponsabilidad a través de las influencias, lo que repercutirá en su vida adulta.
Lamentablemente, en los actuales tiempos, pocos son los chicos que viven con su padre y madre. La mayoría vive solo con la madre, o solo con el padre. O están encargados con los tíos, abuelitos y hasta vecinos de los progenitores. Cada realidad es diferente y compleja, ahí viene el profesionalismo del docente en el aula para conducir y orientar acertadamente a sus alumnos para que tengan éxito en los estudios, superando las dificultades personales.