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Testamento del año viejo 2019

por Andres Ortega

A mi exposa, hijos, nietos y bisnietos

reconocidos y no reconocidos

con o sin argumento

les invitos a saber lo que les toca

en este testamento.

Mi cuerpo ya casi no se mueve

está terminando el 2019

y como no tengo para tanta gente

les dejo siquiera alguito para el 2020.

A mi nieto, el alcalde inquieto

que no es ningún mosquimuerto

le dejo un amuleto

a ver si termina la obra

que dejó mal hecha el boberto.

A mi nieta la Carolina

que es excelente bailarina

le dejo la fiesta del cumbiambón

para siga bailando en la gobernación

aunque no pueda emprender ninguna acción.

A mis nietos los transportistas

que luchan hoy como antes

les dejo listo a los taxistas

que apoyen el paro indígena

como lo hizo el Alex Sánchez.

A la Guevara & Guevara

compañía ilimitada

productora de muchas ilusiones

le dejo una máquina podadora

que limpie bien el terreno

si no le entrega sus funciones

podando primero a sus adulones.

A mis nietos universitarios

especialmente a los que estudian

a lo largo y a lo ancho

que busquen la ley y el camino correcto

así como están las cosas

solo hay una esperanza

que se acuesten a rascar la panza

como lo hacía don Pancho.

A mis nietecitos los abogados

que trabajan en la justicia

que no siga la travesura

ni tampoco se haga el vivito

sino se han de ir a parar en Quito

pero no a disfrutar de su aureola

sino a parar en la chirola ja ja ja.

A mis nietos de la Judicatura

les dejo una biblioteca

con libros de San Pablo

en varios lotes, como Torres de Babel

que administre bien la justicia

y no le apliquen también a él.

A mi nieto el Jaimito

tan asustado el pobrecito

que anda de tumbo en tumbo

como le gusta la lectura

le dejo un puente al frente del cantón mera

para que lea la obra Cumandá

del escritor Juan León Mera

y no ande cantando día y noche

no soy de aquí ni soy de allá.

A mi nieto el oscarito

que le gusta la escritura

le gusta también la lectura

ya que es como el hombre invisible

le dejo recomendando

que lea la obra: Iván el terrible

pero el terrible de los zares rusos

no el terrible del Ibán que hay en el Puyo.

 ja ja ja…ja ja ja

Aquí se acaba este cuento

digo mi testamento

y como buen padre que soy

cierren el ataúd que me voy.

Adiós adiós….

mi Puyo querido

verán que no digo Puyo honesto

porque como yo…

eso me suena funesto

adiós adiós….

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