La presidenta de la Ciudadela Pastaza alta, Carmita Gómez revela su experiencia y opiniones en pos de pre-cautelar la seguridad barrial.
Tener una buena cantidad de lotes vacíos o con infraestructuras abandonadas, es el ambiente ideal para que antisociales y personas con adicciones frecuenten la zona y cometan fechorías. Es una de las conclusiones a las que se llegó en la entrevista mantenida en Semanario El Observador.
La presidenta de la Ciudadela Pastaza Alta, Carmita Gómez, ha vivido en carne propia varios robos. El problema no es nuevo, se ha presentado desde hace décadas, pero hoy recrudece. Son pocas las casas que no han sufrido un robo, es por eso que los vecinos decidieron activarse y convocaron a una reunión con la presencia de autoridades para analizar las medidas a tomar, con la finalidad de contrarrestar la inseguridad.
En su caso particular, fue debido a los robos que sufrió que empezó a golpear las puertas de los vecinos haciéndoles notar la necesidad de organizarse.
Este año volvió a ser visitada por un amigo de lo ajeno y decidió poner la denuncia respectiva. Con un poco de miedo, pero motivada por la angustia, ha vivido la odisea que implica estar en audiencias y todo lo que conlleva este tipo de situaciones. Para su sorpresa y al mismo tiempo malestar, descubrió que los delincuentes tienen muchos beneficios y tienen más garantías que las víctimas. Pese a aquello, recomienda a las personas, poner la denuncia y continuar hasta las últimas consecuencias, porque solo entonces se sentará un precedente e inclusive, los propios antisociales comentarán a sus secuaces y “colegas” de otras provincias, no venir a la localidad porque la gente actúa.
Otra recomendación clave es que los propietarios de inmuebles, verifiquen los antecedentes de las personas que deseen alquilar viviendas o locales comerciales en los distintos barrios de Puyo, para evitar que gente de mala procedencia tenga residencia permanente en la ciudad. Hay que recordar que la seguridad es fundamental si se quiere la ciudad convertirse verdaderamente en un destino turístico.
La colaboración en los barrios también es esencial. Lamentablemente en su experiencia, se ha encontrado con innumerables casos de vecinos que no quieren asistir a reuniones, menos aún participar en actividades. Hay un quemeimportismo, por una parte y desidia al no querer problemas, por otra parte. “No hagamos que esos paradigmas sean el impedimento para unirnos”.
Carmita sostiene que, así como los antisociales se preparan para robar, así mismo los ciudadanos debemos prepararnos para evitar dejarnos robar. Entre vecinos podemos cuidarnos, reportando mediante chats, la presencia de personas con actitudes extrañas que están merodeando por tiempo prolongado. Recomienda llamar a la policía o acercarse a preguntarle que hace o a quien busca. El WhatsApp del barrio debe estar permanentemente activo.