Por: Lcdo. Luis Jami
A lo largo de la historia, nuestra sociedad a confiado plenamente el deber de enseñar y educar, solamente a los maestros dentro de un salón de clases, pero estamos tan equivocados, ya que, lo que realmente hacemos los docentes es hacer ver la importancia de que la familia participe en la educación de sus hijos y esto lo aprenden íntegramente en su diario vivir, con las experiencias que le brindan en su núcleo familiar y en la sociedad.
La educación actualmente por la emergencia sanitaria se ha visto forzada a cambiar su modalidad, lo estamos haciendo de manera virtual, pero sabemos que los medios tecnológicos en estos tiempos son el medio, mas no el fin, ya que el fin es el desarrollo global y armónico de los jóvenes, actualmente en nuestra provincia, se encuentran estudiando muchos con cierta comodidad, internet de fibra óptica, computadora, impresora, y otros todo lo contrario, en sectores rurales sin acceso a la tecnología absoluta. Pensaríamos que la balanza está muy inclinada, hacia la educación urbana, pero la educación es más compleja que eso, es un cumulo de experiencias sociales que permiten forjar las actitudes y aptitudes de los futuros ciudadanos adultos de nuestra provincia. Es el momento preciso en el que el rol de los representantes o padres de familia debe desatarse de forma positiva, no solamente siendo proveedores para sus hijos, más bien reconocemos que son una base esencial para la educación de sus hijos.
El estado ha generado y generará mecanismos de contingencia para tratar de en algo subsanar la problemática educativa. Como docente he podido palpar de manera profunda la realidad de las familias en nuestra provincia, la falta de atención y apoyo a sus hijos, falta de recursos económicos y tiempo para ellos.
Las parroquias rurales de nuestra provincia, son las que más han sido afectadas en el tema educativo por esta pandemia, esa es la cosmovisión de la mayoría de ciudadanos sin embargo si lo analizamos de forma más profunda, el esmero de los padres, madres, tíos, tías, para que sus hijos cumplan con sus tareas y aprendan de forma significativa, tienen un valor incalculable.
Felicitamos a los padres que se han empoderado de manera positiva en este proceso ya que el simple hecho de cumplir con una tarea en casa y que ésta tenga el seguimiento, no como supervisores sino como un acompañamiento del padre o la madre de familia, permitirá a nuestros muchachos aprender el verdadero valor de la educación.
La educación de nuestros jóvenes es un constante desafío para las familias y la sociedad!