La falta de combustible fue la primera consecuencia que se sintió en la ciudad de Puyo por la movilización y paro indefinido decretado por la dirigencia de las CONAIE a nivel nacional.
Apenas conocida la medida de hecho, los conductores volaron a las estaciones de servicio a abastecerse del producto, de tal forma que el producto en sus diversas presentaciones se agotó inmediatamente.
A las pocas semanas, aun los que se habían abastecido oportunamente, ya comenzaron a sentir la necesidad y a lamentarse por el cierre de las vías que no permitía que los auto tanque pudieran llegar con el suministro hasta la ciudad de Puyo.
Intensos diálogos con la dirigencia indígena lograron la formación de un corredor humanitario para que por lo menos puedan pasar los tres auto tanques que están al interior de la Brigada de Selva No 17-Pastaza hasta donde habían ingresado por motivo de seguridad. Pero pese a que se logró abrir el paso, no fue posible el acceso de los auto tanques por falta de garantías.
Mientras tanto, en la ciudad de Puyo, a la primera noticia de la posibilidad del ingreso de los auto tanques, largas colas de vehículos se formaron a las inmediaciones de las estaciones de servicio del Sindicato de Choferes, la gasolinera Puyo y la Unión al sur de la Ciudad. Muchos de ellos, permanecieron allí desde la noche del domingo 19 de junio, el lunes 20 y hasta el martes 21, para poder ganar turno a acceder a un poco de combustible.
Luego de intensas negociaciones una vez más y acuerdos con la dirigencia de las nacionalidades que estaban en el paro, para que pudieran brindar las garantías necesarias a fin que los auto tanques pudieron ingresar a Puyo con total tranquilidad, finalmente y escoltados por elementos de la policía de la Subzona Pastaza, se logró abrir el paso para noche del lunes 20 de junio y comenzar a distribuir de manera inmediata hasta el siguiente día.
En lo que tiene que ver a las estaciones de servicio del Sindicato de Choferes y La Unión, el producto se agotó esa misma noche de manera inmediata, tanta era la cantidad de gente que se formaron tres columnas: una para vehículos, otra para motocicletas y una tercera para personas con bidones que incluso llevaban para la reventa.
El desbarajuste se armó en la gasolinera Puyo, que despachó el producto hasta la tarde del martes 21 de junio, donde todo mundo se aglomeró, causando incluso un poco de desorden que hubo que llamar a la fuerza pública para poder organizar el despacho del producto y así se lo hizo, pese a ello, mucha gente se quedó son nada.