Una noche negra es la que vivió la ciudad de Puyo el martes 22 de junio, en el marco de las movilizaciones y protestas que el movimiento indígena realiza a nivel nacional; tras una mala decisión de las autoridades, que acabó con la vida de seres humanos inocentes cono el caso de Byron Guatatoca de la nacionalidad Quichwa, provocando una reacción en cadena que deja dolor, indignación y decepción.
Instituciones como el cuartel de Policía Puyo, totalmente destrozado y en cenizas vehículos y motos quemadas, el Banco de Guayaquil saqueado y quemado y lo más lamentable locales comerciales de gente de Pastaza destruidos y robados en su totalidad tal fue el caso de almacén el TOTO.
El miércoles amanece Puyo en cenizas, en el aire con olor a gases aún, en medio de las voces de los hermanos indígenas que desde el sector de la Gobernación se escucha ¡Que viva el Paro! ¡Resistencia!
No hay palabras para describir lo que se vivió durante la jornada de protestas, y es que parece que despertamos de un mal sueño, porque ya con la luz del día, se verían los daños psicológicos, materiales y la zozobra que quienes habitan en los alrededores de la urbe céntrica de Puyo vivieron.
Hay mucho que decir y cosas que observar, pero también lecciones que aprender y reflexiones qué hay que hacer en el décimo día de paro que jamás olvidaremos en la provincia de Pastaza.
Hoy, Puyo está de luto y con dolor tendremos que levantarnos una vez más y seguir adelante, ahora si pensando con cabeza fría y organizándose como buenos ciudadanos porque solo cada uno de nosotros podremos sacar a nuestra ciudad y provincia adelante, ya las autoridades, entre comillas, quedó claro que no sirvieron absolutamente para nada.
Solo llamó a la calma, a la tranquilidad, a darnos la mano en este momento tan difícil que atravesamos y como buenos Puyenses a levantarnos porque es lo único que nos permitirá desarrollarnos.
Momentos que a pesar de que sigue el paro no se vuelvan a repetir por el bien de todos, ya no más sangre ni vidas perdidas por la irresponsabilidad de quienes dijeron estar al frente y jamás hicieron nada.