– Oiga, compadre Indiscreto; nosotros sí que somos salados mismo.
– ¡¿Qué pasó pues, compadre Ulbio?! ¿A qué se debe esa actitud tan negativa? Verá que la sal es mala para la diabetes, jejeje.
– Es qué… ¡Cómo va a ser posible, compadre, que en pleno feriado otra vez la vía se nos bloquee y los turistas nada que ver! ¡Otra vez se nos fueron para otro lado!
– Ah, ya veo; se refiere al nuevo deslave. Yo pensé que su mujer me lo estaba salando la sopa para que muera más rápido, jeje.
– ¡¿Qué pasó pues, compadre?! Si, últimamente, mi mujer anda de lo más dulce conmigo.
– ¡Claro! Porque ya sabe que le toca coger los décimos; pero ya hablaremos después de eso.
– ¡Ach, compadre! No sea ave de mal agüero ni me amargue mi dulzura, no quiero sentirme igual a como se deben sentir nuestras autoridades.
– ¿Y qué hay pues con nuestras autoridades?
– Que tanto que hicieron preparando actividades, eventos, bailes y todo para agradar a los turistas; pero… ¡Otra vez San Pedro nos sale con tremenda empalizada! ¡Justo a las puertas del feriado!
– Entonces los salados son nuestras autoridades; a lo mejor San Pedro ni sabe lo que está ocurriendo aquí, el pobre debe estar más preocupado por Ucrania.
– Así parece; no sé cuál mismo es el salando, si el Jimmy o el Oz. Ahora resulta que en cada feriado la vía está cerrada, si no es por uno es por otro motivo. ¡Y al final! Nos toca bailar entre nosotros mismos.
– Bueno, de todas formas, podemos aprovechar la fiesta para nuestra propia alegría.
– ¡Calle nomás compadre! ¡Cuánta tragedia! ¿Y la casita que quedó bajo tierra? ¿Y la pobre gente, los seres queridos y el vehículo? ¡Todo en medio del lodo!
– Eso sí pues, compadre. Al final, son los más pobres los que pagan los platos rotos.
– Pero lo más triste fue ver al gobernador en medio del luto, la tristeza y todo… ¡Tomándose la foto para el Facebook! ¡Y el alcalde también la foto para el Facebook! Y la mujer lo mismo… ¡Foto para el Facebook!
– Así andamos hoy en día, enredados en las redes sociales.
– Bueno, por lo le menos el alcalde ha llevado maquinaria del Municipio para limpiar la vía y la esposa dicen que llegó con almuerzos para los trabajadores. ¡Pero el gobernador uuu! ¡Nada! Solo de puro figureti… ¡A tomarse la foto y nada más!
– ¡No me diga, compadre! ¡¿Allá también fue a fotografiarse?! Yo sí dije; desde un principio este nuevo gober me salió muy chichobelo, desde el día de su posesión: que foto con las ñañas, que foto por aquí, que foto por allá…
– Sí pues, compadre. Que, con sus gafas, su terno caché, su corbata a la moda y su buena pose, como que lo han llamado a la gobernación solo para estar de modelito.
– ¡Típico de nuestros políticos mediocres! Yo no entiendo por qué la gente no aprovecha sus efímeros cargos para dejar su huella en la historia, para tomar iniciativas creativas y enfrentar nuestros problemas.
– Tiene toda la boca llena de razón, compadre; solo pretenden ser populares en la virtualidad en lugar de ganarse el aprecio de la gente en la realidad. Que ni bien dan un paso, foto para el feis; hacen un favor, foto para el feis; una obra de caridad, foto para el feis. A tal punto que más es la foto que lo que en realidad dan.
– Son como la gallina culeca escandalosa, que más lo que cacarea para poner un solo huevo.
– Uuu… ¡Estos ni huevos ponen!
– Y otritos que además de ir solo para la foto, ofrecen y ofrecen y nada que cumplen.
– Y la gente ya se está cansando. ¡¿No ve el fin de semana?! Al señor prefecto me lo sacan con nariz de pinocho, por haber llegado cuántas veces a ofrecer la vía asfaltada: que sí, que ya mismo, que esperen, que ya sale, que de este año no pasa, que se toma la foto, se come las gallinas y ¿del asfalto?
– Bueno compadre; no seamos tan negativos. Digamos que estamos en la era de la política fashion impulsada desde la Gobernashion para alegrar un poco los desánimos de la poblashion.
– ¡Bah! ¡Política fashion! ¡Pendejadas! ¡Siquiera que fueran bonitos! ¡Mudos feos! Yo no sé cómo aguantan las cámaras y los celulares. Mientras nosotros tenemos que soportar tanto desastre natural y bloqueo a nuestra economía, encima más soportar las ridiculeces de estos… grrrr.