La historia de don César Sarmiento es un ejemplo de trabajo y templanza. Le gusta la política, aunque nunca ha sido candidato a cargos de elección popular. Ha preferido el camino de los negocios. Destaca la honestidad como el mayor valor en el quehacer público.
Oriundo de la provincia del Cañar y con 80 años de edad, vino a la provincia de Pastaza con 17 años a buscar oportunidades, empezó de obrero en los cañaverales y en donde sea solicitado, luego fue vendedor de licores de la fábrica de propiedad de Guillermo Kubes.
Conserva la templanza en su temperamento. Cuando se trata de hablar de política habla duro-duro, criticando la corrupción “yo a los corruptos no puedo ni verlos”, no tiene pelos en la lengua para decirles a los actuales asambleístas que “solo peleando pasan, no hacen nada y esa es la verdad.” Su voto en las próximas elecciones seccionales irá dirigido para los candidatos que abanderan en su discurso la lucha en contra de la corrupción.
Tampoco le gusta los cambios de camiseta. Toda la vida ha sido un hombre social-demócrata, fue gobernador durante el período presidencial de Rodrigo Borja (4 años) y director provincial del partido Izquierda Democrática, del que se desafilió por un impase con el entonces director nacional Andrés Páez. Dejar la militancia no ha significado dejar su pensamiento político en pos del servicio.
Le gusta hablar de política. Aprovecha el espacio de la entrevista para expresar sus puntos de vista sobre diferentes aspectos de la coyuntura nacional. Manifestó su desacuerdo con el paro nacional de 18 días en junio de 2022, “recién estábamos reactivándonos económicamente y vuelven a darnos la estocada”, en su caso, teniendo que pagar empleados y trabajadores tuvo en ese período cero ingresos.
En sus mejores tiempos tuvo la oportunidad de ser candidato a la prefectura o a la alcaldía de Pastaza con amplias probabilidades de triunfar dada su notable trayectoria, pero jamás participó por decisión personal, simplemente no se sintió atraído ante esa idea y aparte que no necesitaba ganar un sueldo proveniente del Estado, su tiempo estaba ocupado en sus actividades privadas de las que obtenía buenas utilidades.
Siempre combinó la actividad de los negocios con la política de servicio. Fue presidente de la Cámara de Comercio de Pastaza, de la Cámara de Turismo y presidente Asociación de Diabéticos, cargos en los que tuvo que poner plata y persona y dejó dotado de valiosos bienes que quedaron bajo propiedad institucional.
Para los políticos que aspiran llegar al poder les recomendó dos cosas: ser honestos y hacer obras que ayuden a la gente pobre. Está abierto a apoyarle a quien le solicite una orientación o consejo.
Al preguntarle sobre su salud, cuenta que adquirió diabetes desde hace 30 años, posiblemente producto de que cuando era joven salía a las comunidades y bebía muchas bebidas gaseosas altamente azucaradas durante años. Afortunadamente, es un hombre disciplinado, no ha cometido ninguna imprudencia en su alimentación, lo que le ha permitido mantener un buen estilo de vida, sin estragos que le causen sufrimiento. Ahora pasa un poco más descansado, al frente de la Ferretería que lleva su apellido, continúa sirviendo desde allí a la ciudad y provincia.