De a poco, las expectativas se van convirtiendo en realidades tangibles y con ello, el panorama para los productores de pitahaya amarilla en el cantón y el país en general, cambia totalmente, ante la posibilidad de mejorar económicamente al ver que, mercados como China y Perú, gracias a gestiones de las autoridades nacionales, locales y a la presión ejercida por los mismos agricultores, se han abierto para permitir el ingreso legal de la fruta, aunque eso implique el cumplimiento de varias exigencias.
La expectativa es grande, como también es grande la preocupación principalmente para los pequeños y medianos agricultores, quienes tendrán que cumplir con una serie de requisitos y exigencias que permitan ofrecer una fruta de excelente calidad, que cumpla con todos los requisitos exigidos por las agencias de control de calidad de la fruta en estos países que desde ya, recibirán la fruta ecuatoriana de manera legal y directa.
Sin embargo, los productores no dejan de lamentarse por el canibalismo comercial que existe entre productores y comerciantes, en donde predomina la viveza criolla, convirtiéndose en depredadores los unos de los otros porque, si no logran afectar en el precio, a decir de la mayoría de productores, lo hacen en la clasificación de la fruta y este, es un problema que no se ha logrado superar pese a los intentos realizados.
Otro de los aspectos que tendrán que poner mucha atención los agricultores, es la cantidad y calidad de insumos utilizados para la producción de la fruta, pues en este tema, quienes realizan el control fitosanitario consideran que muchos tendrán que revisar las viejas prácticas y la utilización de varios productos que en otros países están ya fuera de circulación a fin de reducir y si es posible eliminar el índice de residualidad tóxica en el producto.