Por: Edwin Mosquera G.
La crisis social en el País de Manuelito, atentados, asesinatos y demás desmanes nacionales, no se pueden catalogar por ningún sentido y bajo ningún concepto como ataques narcoterroristas y peor aún pretender comparar a Ecuador con Colombia en la época de los 70 y 80, ya que si hacemos una remembranza el país cafetalero tiene una génesis diferente en el desarrollo y crecimiento de los factores sociales que orientaron a su gente a formar pequeños grupos delictivos, grupos de autodefensas y por último los famosos carteles.
La bonanza marimbera se origina en Colombia en los albures de los 70, en donde que predomina el cultivo y cosecha de marihuana y heroína, entendiéndose que el país era productor, consumidor y exportador del producto, para años después convertirse en el dealer del mundo de las sustancias de la hierba santa y sus símiles.
Definamos que es el narco terrorismo, un subconjunto del terrorismo, en el que grupos terroristas, o individuos asociados, participan directa o indirectamente en el cultivo, fabricación, transporte o distribución de sustancias controladas y del dinero derivado de estas actividades; no se puede pretender idealizar una idea social que no existe, Ecuador no es un país productor de droga, es solo un país de paso de droga, entonces no se puede considerar que las dos o tres bombas que han puesto o los asesinatos realizados se adjudiquen al narcoterrorismo, porque no existe una fuerza narco identificada solo aquellos trasportadores y consumidores que pelean un espacio para sus chauchas.
Aquí no existen patrones, capos o mucho menos, peor aún líderes consagrados en política, que se puedan llamar pares de Pablo Escobar o de Luis Carlos Galán, si la gente está muriendo es porque, cogieron y no cumplieron, cogieron y ya no quisieron o simplemente abrieron las fauces demás y pusieron pecho a las balas, bien lo dice el preámbulo de una serie, quién no conoce su historia está condenado a repetirla, en este caso desconocen la historia y se quieren inventar el final.