Al menos por dos ocasiones, pudimos ver a la niña Ariana Jimbo, que con apenas 11 años de edad, estaba compartiendo comida con las personas de las nacionalidades que permanecían en las inmediaciones de la Gobernación de Pastaza, en la medida de hecho, por la derogatoria del decreto 883.
Además de la colaboración material, nos informa que forma parte de una cadena de oración, junto a su familia en el barrio Vicentino en donde vive, con la finalidad de pedir por las personas pobres y que llegue la paz al Ecuador.
La madre de Ariana, nos explica que, el ver la situación en las noticias, insistía permanentemente que quería visitar a las personas que habían llegado desde muy lejos con la finalidad de luchar por el bien de cada uno de nosotros y que además quería llevarles alimentos.
Así entonces, en una primera ocasión, se les preparó como 17 raciones de arroz con pollo y se les trajo en calidad de almuerzo; mientras que en una segunda ocasión de les compartió pan con cola.
Ariana explica, que esta experiencia para ella es algo maravilloso, porque tiene la oportunidad de apoyarles con un granito de arena, para que se sostengan en esta situación en la que están atravesando.
Les dejó un mensaje a que se cuiden mucho, que el padre Dios los bendiga y acompañe y que ojalá no tengan que volver a protestar.
Quienes recibían la comida, dijeron sentirme muy agradecidos por la ayuda y felicitan a la niña que a su edad ya ha dado muestras de tener un corazón muy grande y muy sensible para ayudar a quienes lo necesiten, ojalá nunca cambie.